#10 Y aquí, queridos alumnos, tenemos el ejemplo clásico de pensamiento políticamente correcto. Observemos cómo a continuación el sujeto dirá que no, que hay muchas cosas que no respeta.
El problema, a mi modo de ver, está sencillamente en los psicopedagogos y en los políticos, seguramente porque lo primeros quieren hacer de los segundos y los segundos de los primeros.
Es fácil. Cuando tú ves una catedral o una obra de arte, tratas de conservarla, de cuidarla.
Supongo que no quieres quemarla. Sólo lo supongo.
Bueno, pues con las lenguas pasa lo mismo: son parte de la Historia, y sería una pena que se perdiesen, lo mismo que es una pena que se pierda un cuadro de Leonardo.
Tengo la sensación de que vive fuera de la realidad. Defecto común en muchísima gente. Es lo que tiene la fama, supongo. Es como esa gente que se niega a ver películas antiguas porque son en blanco y negro, pero al revés.
Lo que más fastidia es que seguro que no lo reconoce. O que escribirá cualquier artículillo pedante-poético en el que dirá oh qué mundo tan extraño y sin futuro en el que la realidad no está aquí en lo tangible, bla, bla, bla.
..., que levante la mano el que lleve una prenda que no sea producto de una convención histórica, social, religiosa, lo que sea. Hasta llevar vaqueros. ¿Por qué no prohibir la ropa de marca? Algunas feministas te dirán: ¿por qué no prohibir los sujetadores? Todos estamos sometidos a convenciones. Lo que pasa con lo del velo es que este país hay gente que quiere ir de guay; al final acabará prohibiéndose a él mismo, lo cual no estaría mal.
No creo que a Bibiaba le afecten las críticas. De hecho, seguramente le reconfortan, en el sentido de que seguramente le hacen verse como alguien que en el futuro será estudiada y reverenciada en las universidades como persona que hizo algo por las mujeres, tipo Victoria Kent o Clara Campoamor. Cuando en realidad no tiene nada que ver. Pero ya se encargará alguien de cambiar esa percepción. Año 2050: típica tesis universitaria sobre el papel de Bibiana Aído como defensora de la mujer española, etc.
Estáis locos. Me largo.