No le encuentro demasiada "chicha" al envío.
Comparto esta columna de R. Reig, bastante más completa, en mi opinión (yo sustituiría el "España" de Reig, por "País Vasco", y poco más):
Nada me parece tan detestable, soporífero y banal como el nacionalismo. Es una simpleza que, como solía decir Rafael Sánchez-Ferlosio, se cura con 15 ó 20 minutos de reflexión. Que sean nacionalistas las multinacionales o el BBVA y La Caixa. Yo, por mi parte, me siento mucho más compatriota de los ecuatorianos y de los bolivianos que de los consejeros de Repsol. Y, como nací en España, el nacionalismo que más me revienta y más me aburre es, sin duda, el nacionalismo español. A mí España me importa un rábano. Y la unidad nacional, un comino. Y menos que medio comino los símbolos como la bandera, la Corona y el himno con o sin letra.
Como decía Henry Miller, yo soy un patriota de la calle San Bernardo, de la barra del bar de Pedro, de la terraza de Auri, de los pinchos de tortilla y del vermut de grifo. Mi patriotismo no va mucho más allá de la M-30, en Madrid; aunque también soy un gran patriota de los bares de Queens y Lisboa, del río Sella, del colegio de Cali y de la casa de mis padres en Piles.
Pero, en fin, hay gente que al parecer tiene implantada una glándula adicional (como aquélla famosa que provocaba la fe en dios) que segrega esos incómodos y mareantes sentimientos nacionalistas. Pues que los disfruten, ¿no le parece, Raúl? A mí cada día que pasa me irrita más oír que consultar a los ciudadanos pueda ser ilegal, inconstitucional o inoportuno, como dice usted. ¿En que país vivimos? Si de verdad fuera ilegal consultar a los ciudadanos, que cambien esa ley en un periquete, porque no merece el más mínimo respeto. Hasta ahí podíamos llegar. Un lehendakari, elegido por los vascos, quiere consultar a los vascos. ¿Habrá cosa más legítima y natural? ¿Cómo puede alguien criticar eso? ¿Con qué cara de cemento? Hace falta ser un verdadero cínico… » ver todo el comentario
#2 ¿Y qué opinas de tener un parlamento central? A mí también me parece costosísimo. Pensemos en el efecto ahorrador que tendría tener un sólo rey absolutista. Y en los distintos territorios, algunos nobles que se limiten a dirigir al ejército para hacer cumplir la ley. España nadará en la abundancia, lo veo.
Comparto esta columna de R. Reig, bastante más completa, en mi opinión (yo sustituiría el "España" de Reig, por "País Vasco", y poco más):
Nada me parece tan detestable, soporífero y banal como el nacionalismo. Es una simpleza que, como solía decir Rafael Sánchez-Ferlosio, se cura con 15 ó 20 minutos de reflexión. Que sean nacionalistas las multinacionales o el BBVA y La Caixa. Yo, por mi parte, me siento mucho más compatriota de los ecuatorianos y de los bolivianos que de los consejeros de Repsol. Y, como nací en España, el nacionalismo que más me revienta y más me aburre es, sin duda, el nacionalismo español. A mí España me importa un rábano. Y la unidad nacional, un comino. Y menos que medio comino los símbolos como la bandera, la Corona y el himno con o sin letra.
Como decía Henry Miller, yo soy un patriota de la calle San Bernardo, de la barra del bar de Pedro, de la terraza de Auri, de los pinchos de tortilla y del vermut de grifo. Mi patriotismo no va mucho más allá de la M-30, en Madrid; aunque también soy un gran patriota de los bares de Queens y Lisboa, del río Sella, del colegio de Cali y de la casa de mis padres en Piles.
Pero, en fin, hay gente que al parecer tiene implantada una glándula adicional (como aquélla famosa que provocaba la fe en dios) que segrega esos incómodos y mareantes sentimientos nacionalistas. Pues que los disfruten, ¿no le parece, Raúl? A mí cada día que pasa me irrita más oír que consultar a los ciudadanos pueda ser ilegal, inconstitucional o inoportuno, como dice usted. ¿En que país vivimos? Si de verdad fuera ilegal consultar a los ciudadanos, que cambien esa ley en un periquete, porque no merece el más mínimo respeto. Hasta ahí podíamos llegar. Un lehendakari, elegido por los vascos, quiere consultar a los vascos. ¿Habrá cosa más legítima y natural? ¿Cómo puede alguien criticar eso? ¿Con qué cara de cemento? Hace falta ser un verdadero cínico… » ver todo el comentario