El nombre de "Eddie" surgió de un chiste que circulaba por el East End de Londres: "Una mujer tuvo un hijo que sólo tenía cabeza; el médico le dijo a la madre que no se preocupara, que en cuestión de unos años conseguiría un cuerpo. Cinco años más tarde, el día del cumpleaños del niño, entró su padre en la habitación donde estaba Eddie y le dijo: "Hijo, hoy es un día muy importante y te traigo un regalo". Eddie contestó: "¡Oh no, no me digas que es otro sombrero!".