La extrema izquierda tiene un problema, y es que necesitan sentirse rebeldes constantemente. Y cuando no tienen nada contra lo que rebelarse o todo aquello por lo que luchan se ha vuelto mainstream, pasan a inventarse opresiones a fin de seguir sintiéndose rebeldes y alternativos. Es por eso que la extrema izquierda hoy en día abraza apasionadamente teorías pequeño-burquesas como el animalismo, el feminismo y tonterías varias como esta del wifi.
Y es por eso también que la mayoría de militantes de extrema izquierda son menores de 30 años; aún no han madurado; son gilipollas integrales intentando impresionar al mundo con su rebeldía impostada.
Y es por eso también que la mayoría de militantes de extrema izquierda son menores de 30 años; aún no han madurado; son gilipollas integrales intentando impresionar al mundo con su rebeldía impostada.