Comparto sensaciones variadas que he leído por aquí. Me parece terrible la situación personal en la que queda esta pareja, y creo honestamente que el estado debería articular medidas para proteger a personas que han caído en estos escenarios, para que no queden desvalidos y para paralizar los desahucios de forma generalizada.
Eso sí, el detalle de la jugada da a entender que realmente firmaron con toda la temeridad del mundo algo que simplemente unas cuentas sencillas debería haberles demostrado que no podrían pagar en cuanto se torciera algo su situación. La burbuja la hinchamos entre todos, entre los bancos que soltaban pasta (que no tenían) con tanta generosidad para inmuebles que ellos mismos habían sobrevalorado para prestar más dinero, y la gente que compraba lo que fuera a cambio del precio que le pusieran por delante (y después mercadeaba con ello con otras personas como ellos, claro). Fue un ataque de irresponsabilidad generalizado agudizado por un control inexistente de los bancos y una ley hipotecaria abiertamente injusta. Todos los ingredientes para que esto le estallara en la cara a las familias peor preparadas para afrontarlo. No tengo una solución, pero sí creo que deberíamos extraer de todo esto lecciones para evitar que la gente vuelva a incurrir en algunos errores que ahora parecen tan evidentes.
#6 Te doy toda la razón. No estoy orgulloso de lo que es mi profesión ahora mismo, ni en cuanto a contenido ni en cuanto a valores. Yo también creo que el sensacionalismo, la anécdota y el trending topic nos han comido parte de la credibilidad en un universo en el que ya cualquiera puede ser un nodo informativo tan fiable como cualquiera de nosotros.
Cuando hablo de mirar adelante me refiero a la posibilidad de crear proyectos más pequeños que satisfagan las necesidades de nichos, basados en más patas que la publicidad, que justifiquen que le puedas pedir al lector una aportación. Es un escenario muy complejo y vamos viendo diferentes pruebas al respecto, como Periodismo Humano o Eldiario.es. Lo que espero es que como profesionales nos reciclemos en esta reconversión industrial en lugar de quejarnos de que el mundo ya no es como nos gustaría, como cuando éramos tan imprescindibles como nos creemos para defender valores y contar historias.
En parte hemos dimitido de esas funciones. Yo soy crítico al respecto, y creo que la autocrítica como profesión es imprescindible para reconvertirla en algo que vuelva a ser útil y respetado.
#4 Hola, soy el autor del blog, acabo de darme cuenta de que estaba esto aquí. Te diré que si escribí eso es porque yo creo que la profesión debería centrarse en buscar horizontes, que debe haberlos, en lugar de lamentar un pasado que ya no va a volver. Ya no somos el centro del ecosistema informativo, no somos imprescindibles para que la gente se entere de lo que pase. El problema es que seguimos empeñados en mantener ese monopolio en lugar de compartir esa función con la inteligencia colectiva y asumir un nuevo rol. Es mi opinión al respecto.
#23 Estoy de acuerdo contigo. Los meneos y las visitas debería llevárselas siempre la fuente original, en este caso, el vídeo. El Economista tiene aquí una industria del click facilón gracias a las crónicas "de urgencia" de Salvados.
En aras de la transparencia, os diré que soy uno de los que ofrece su opinión en este tema. Lo he meneado yo mismo porque me parece un asunto interesante y crítico, y más tal y como están las cosas en los medios (te vas a la calle en cuanto toses cuando no debes y a quien no debes). Que te fiscalicen tu presencia en redes sociales no es sino otra forma de ampliar el estado de nervios en el que se vive en algunas redacciones, con los despidos arbitrarios sobrevolando.
#3 Totalmente de acuerdo con la referencia. Es lo primero que he pensado yo. De la intimidad sexual a la intimidad emocional. Que es bastante más compleja, por cierto.
#48 En absoluto. Lo que digo es que tienen el truco pillado para hacer una crónica rápida de un programa de la tele y que alguien se la menee aquí sí o sí, para llevarse 5 o 10.000 clicks por un trabajo de cinco minutos.
Si hay que menear algo, lo suyo es que sea el programa en sí, no las seudocrónicas que medios oportunistas montan cuanto antes para pillar clicks y para conseguir que lo saquen en portada de Menéame.
#11 Eso que dices es muy interesante y cierto. Es verdad que los que te instalan el servicio no te dicen nada, te cuentan que mires la contraseña en la parte de abajo y listo. De hecho yo quiero cambiarla pero no tengo ni idea de cómo hacerlo.
Yo soy el José Manuel Rodríguez con el que habló Bea y que refiere ahí. Y la cosa es tal y como la cuenta. Estábamos hartos de esperar y la gente se tomaba a risa lo de que ese tipo fuera a venir. Lo que queríamos era salir a correr antes de quedarnos fríos, porque en una salida así es importante no estar mucho tiempo parado.
Yo no sé si apareció, pero yo al menos no le vi el pelo.
Hola, soy el autor de la pieza. La idea era que dos expertos nos ayudaran a explicar mejor qué supone un ataque DDdos y hasta qué punto es difícil hacerle frente, especialmente teniendo en cuenta que Telefónica está bajo amenaza de uno el domingo. Quizás para algunos de vosotros se ha quedado corto, pero la idea era ser lo más pedagógico posible. Muchas gracias por los comentarios.
#6 Las jornadas partidas son criminales. En eso te doy la razón. Hay que potenciar el teletrabajo cuando sea posible. Porque si tienes hijos y tienes que estar al tanto de ellos, matas dos pájaros de un tiro y es mucho más llevadero. Media jornada en la oficina, o donde sea, y media jornada en casa. Me parece un buen compromiso.
He enviado esta noticia precisamente porque creo que en la flexibilidad está la clave. Es decir, sacrificarte si hace falta, pero sabiendo que después la empresa te devolverá ese tiempo cuando sea posible. Yo soy periodista y eso muchas veces implica no tener horarios fijos estrictamente hablando, porque las cosas suceden cuando suceden.
Creo que en el diálogo y la predisposición para comprometerte con la otra parte está la solución. Jornadas más cortas o más largas en función de necesidades y acuerdos.
La estética es impresionante, asfixia y atrapa. Y la música envuelve perfectamente.
Una de las cosas que siempre me pregunto cuando la veo es cómo Sean Young pasó de ser una actriz tan prometedora a prácticamente desaparecer en años siguientes.
#2 Soy José Manuel Rodríguez, community manager de lainformacion.com. En la noticia indicamos que el PSOE ha indicado que su web no estaba caída (puedes verlo en este tuit twitter.com/#!/PSOE/status/16914567351238656) cuando era así. Lo que estábamos viendo era una copia de Akamai. Ahí está la simulación. Muchas gracias.
Hubo un tiempo en el que cualquier Powerpoint servía para engañar a ilusos que pensaban que había dinero facilón en internet. Todos esos ahora tienen una pasta indecente después de haber colocado proyectos semirruinosos a los que picaron, o después de haber recogido la pasta de la Bolsa. El Powerpoint simboliza mejor que ninguna otra cosa esa época.
Eso sí, el detalle de la jugada da a entender que realmente firmaron con toda la temeridad del mundo algo que simplemente unas cuentas sencillas debería haberles demostrado que no podrían pagar en cuanto se torciera algo su situación. La burbuja la hinchamos entre todos, entre los bancos que soltaban pasta (que no tenían) con tanta generosidad para inmuebles que ellos mismos habían sobrevalorado para prestar más dinero, y la gente que compraba lo que fuera a cambio del precio que le pusieran por delante (y después mercadeaba con ello con otras personas como ellos, claro). Fue un ataque de irresponsabilidad generalizado agudizado por un control inexistente de los bancos y una ley hipotecaria abiertamente injusta. Todos los ingredientes para que esto le estallara en la cara a las familias peor preparadas para afrontarlo. No tengo una solución, pero sí creo que deberíamos extraer de todo esto lecciones para evitar que la gente vuelva a incurrir en algunos errores que ahora parecen tan evidentes.