Apenas le dio tiempo a gritar «¡me han apuñalado... el puto negro!» y acto seguido cayó desplomado. El taxista argentino Daniel Aníbal Aguilera Graneajo, de 45 años, perdió la vida en la calle de Gomeznarro, en el distrito madrileño de Hortaleza, muy cerca de la calle de Arturo Soria. Una certera puñalada en el cuello fue la que le causó la muerte. La Policía buscaba anoche por la zona al autor del homicidio. Algunos testigos aseguraban que un hombre de raza negra se introdujo corriendo con la camisa ensangrentada en la boca de metro de la cercana estación de Esperanza. Al cierre de esta edición, el cadáver yacía en el asfalto a la espera de que llegara el juez de guardia.
Los primeros que tuvieron conocimiento del trágico suceso fueron los sanitarios de una unidad de atención domiciliaria del servicio de Emergencias 112 que, hacia las once y cuarto de la noche, se dirigían a atender una urgencia en la calle de Gomeznarro. En el momento en que aparcaban la ambulancia, vieron que llegaba un taxi a a gran velocidad y de él descendía un hombre pidiendo socorro que inmediatamente se desplomó.
Según fuentes de Emergencias, presentaba una grave herida por arma blanca en el cuello y otra de menor importancia en la cara. Al comprobar que había entrado en parada cardiorrespiratoria, avisaron a una UVI móvil. Todos los intentos fueron inútiles. Durante unos cuarenta minutos, trataron de revertir la parada cardiorrespiratoria, pero poco antes de la medianoche certificaron el fallecimiento.
Fuentes de la investigación manejaban anoche el móvil del robo como el más probable. La Policía está revisando los vídeos de las cámaras instaladas en el interior del metro por si se pudiera extraer algún dato que condujera a la detención del homicida. Paralelamente, también se organizó una batida por las zonas aledañas al lugar del suceso. Concretamente, buscaban a una persona de raza negra que fue vista en la zona por testigos presenciales como posible autor del apuñalamiento.
Casado con una española y con un hijo, no constan de Daniel Aníbal antedentes policiales. Era el conductor del taxi, aunque no su propietario.
El problema de fondo es que mientras esto pasa, en Occidente nos limitamos (como mucho) a hacer bromas. Esto ya no tiene gracia, como no lo tuvo el asesinato de Theo Van Gogh, las amenazas a Hirsi Ali, el affaire de las caricaturas y tantas otras cosas.
Esos dos idiotas (hasta ahora) que votaron negativo por "cansina" son los de la alianza de civilizaciones, son los que creen que hay que dialogarlo y comprenderlo todo, incluso el ahorcamiento por ser gay. Son los que tiran la primera piedra, aun sin saberlo.
El amor es asi, lo se, es una ventana al clielo, algo magico en el aire, eso es el amor para mi, pero mi libertad. no, no la dejaré, seguiré siendo el infiel. (Arnaldo Andre, contemporaneo)