"la mayoría de las mordidas a los niños en la casa ocurren cuando el menor interactúa con el perro sin supervisión de un adulto. Debemos dejar de culpar a los perros y poner nuestra atención en los que sostienen la correa, o los que no la sostienen como en este caso".
Estoy completamente de acuerdo con eso. En mi experiencia personal (tengo dos perros) he descubierto que lo mejor es no limitar el entrenamiento sólo a los animales, sino extenderlo también al dueño. Y, en efecto, además hay que enseñar al niño cuáles son los límites (no jalarle las orejas, la cola, etc.) para que el animal no se vea forzado a marcarlos él mismo.
Quizá para algunos sea demasiado esfuerzo, pero hay que hacernos conscientes de que desde que decidimos tener (y mantener) un animal, somos responsables de una vida; en caso de no querer hacer ese compromiso, mi consejo es siempre que mejor deberían comprarse uno a baterías.
Quino siempre me ha parecido un caricaturista acertadísimo. Lo que me parece una lástima es que esa crítica política de hace décadas aún siga dando en el clavo.
No me bajo el archivo porque poseo el libro en físico, pero igual meneo.
Um, así, a ojo de buen cubero, me siento capaz de decir que en muchos de los casos la felicidad es directamente proporcional a la demagogia imperante.
Totalmente digno de análisis.
#24 Yo. Um, el vestido revela mucho, sí, pero lo encuentro de buen gusto.
Antes de que pregunten, sí, sí me lo pondría, en una noche cálida toda llena de murmullos y ya que se me pase el catarro que traigo encima.
Y no, no subiría fotos al internet, aunque sólo por mi política de no subir ninguna foto mía, porque luego hay cada troll que para qué les cuento.
Me parece que se debería aclarar que Aguayo, aunque de origen mexicano, es un ciudadano naturalizado de Estados Unidos, tal como lo indica el documento 'Why this case is so important?' en esa página.
Así como se reporta, suena un tanto amarillista.
Tal vez habla por mí el _talibán ortográfico_ que todos llevamos dentro, pero no puedo tomar muy en serio un texto cuando abusa de esa forma de los signos de admiración.