Las campañas son un anacronismo de cuando no existía ni la radio. Deberían prohibirse y cambiarlas por un día o los que hagan falta en la televisión pública donde cada partido expusiese su programa. De hecho no sería ni cada partido, se cogería al tío más neutro posible y que leyese el programa de cada partido, con 0 marketing. Con eso debería ser suficiente y así los partidos no les deberían favores a bancos u otras formas que suele adoptar el mal.