La fiesta de los toros me da igual. El que no quiera ir a los toros que no vaya. No se obliga a nadie a ir. Yo nunca he ido.
Lo que no me da igual es la cantidad de hipócritas que probablemente se comen los muslos y pechuguitas de un pollo al que nace, le quitan el pico, le meten un tubo y ceban durante semanas hasta que le llega la hora de pasar a una cinta transportadora con destino a la muerte. Una vida de mierda objetivamente peor que la de cualquier toro. ¡Pero que ricas las alitas y que solidario es ir de antitaurino! Todos ellos que aprendan de los veganos, esos si que son consecuentes. Y ahora acribillarme a negativos, me da aún más igual que la fiesta de los toros. Mucho amor.
Lamentable comportamiento el de los manifestantes, falta que le hagan un bukake para humillarla aún más. Sólo me mosquea un detalle: El cámara se queda dentro del bar cuando cierran. Raro, no?
#8 Lo dicho, quisquillosos puros. Se trata de un artículo en tono cómico y a ti lo que te preocupa es que quede bien clara la diferencia entre estado, nación y pais. Y todo esto con solo la entradilla. Me da que tu tienes que salir más a la calle.
#5 Bueno, tampoco es que se trate de un artículo geopolítico. Nos hemos convertido en un pais de quisquillosos. Y eso no es culpa del sistema educativo
#23 después de trabajar en la cocina de un hotel, te puedo asegurar que esto es real. Kilos de comida diaria tras los bufetes libres acababan en la trituradora. Es inmoral.