#14 ¿funerales? vamos hombre, a cuantos funerales en avión tienes que ir cada año? ¿desplazamientos por la pareja? cuando no existían las low-cost, la gente que tenía pareja fuera sólo tenía dos opciones: verse muy de vez en cuando o irse a vivir a la otra ciudad. Y no se hundía el mundo.
No es una cantinela de "tenemos lo que nos merecemos". Pero lo cierto es que el sistema que tenemos lo hemos montado entre todos. Si, hay unos tipos con un poder inmenso que nos manipulan y mueven las piezas en su interés. Pero aun así, todos contribuimos a precarizar el trabajo: desde los 90 nos hemos convertido en unos consumistas compulsivos a los que no les ha importado comprar móviles fabricados en China o camisetas fabricadas en Marruecos en condiciones laborales espantosas; hemos viajado compulsivamente por todo el mundo en compañías low-cost (cuando yo era pequeño, viajar a Londres era algo exótico y las azafatas cobraban una pasta); hemos comprado en el súper la fruta más barata sin mirar si había sido cultivada en España o en algún país sin las mismas condiciones sanitarias; hemos comprado un montón de cosas baratas porque nos interesaba, sin preocuparnos las condiciones laborales en que eso era fabricado.
El problema es que, ahora, esas condiciones laborales están llegando aquí. Y tenemos que luchar contra eso. Hay muchas maneras de impedirlo: manifestaciones, huelgas, votos, etc. Pero una de ellas es nuestra manera de consumir: no volar en compañías aereas que humillan a sus azafatas (como #16 y otros) también es una manera de protesta. No todo se limita a ir a manifestaciones que apenas tienen ningún efecto.
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#36 No tiene nada que ver una cosa con la otra.
Un panadero hace pan y te lo vende, con un beneficio. Un rent-a-car te deja un coche unos días, y te lo cobra. Pues un banco te deja un dinero para que se lo devuelvas un tiempo después, y también se lleva una ganancia. Es un negocio como otro cualquiera, y no tiene por qué hacerlo el estado exclusivamente.
Lo que sí tiene que estar es muy regulado, ya que son cosas muy importantes, que probablemente es por donde nos haya fallado el asunto.