Estimados lectores:
Debo aclararles que las palabras que me atribuyen no son mías, sino de un artículo publicado hace mucho tiempo en la red, que circula como correo masivo y que desafortunadamente acabó colgado en mi blog, cosa que lamento muchísimo.
Como mucha gente, he vivido en mi entorno cercano la tragedia del cáncer, y jamás se me ocurriría pretender curarlo con jugo de limón, ni recomendaría a nadie que sustituyera su tratamiento farmacológico por fruta alguna, aunque si alguien decidiese hacerlo tendría que respetar su voluntad.
Quiero expresar mi absoluta solidaridad con quienes sufren esta enfermedad y sus seres queridos, así como mi profundo respeto por la comunidad sanitaria y científica que cada día trabaja en paliar sus efectos y buscar una cura eficaz.
Comprendo que haya quien desee sacar de contexto las cosas, y respeto incluso a quienes son capaces de hacer bromas con un asunto como este, pero creo que se trata de un tema muy serio que exigía esta aclaración por mi parte.
Soy consciente de que los políticos somos ahora mismo el blanco de todas las iras; en parte nos lo hemos ganado, pero en este caso les aseguro que no ha sido así.
No son mías las palabras que me atribuyen, jamás las he pronunciado, por supuesto no las suscribo en ese sentido y lamento muchísimo que hayan dado pie a esta situación.
Mis disculpas y muchas gracias.
Cristina Tavío Ascanio
Debo aclararles que las palabras que me atribuyen no son mías, sino de un artículo publicado hace mucho tiempo en la red, que circula como correo masivo y que desafortunadamente acabó colgado en mi blog, cosa que lamento muchísimo.
Como mucha gente, he vivido en mi entorno cercano la tragedia del cáncer, y jamás se me ocurriría pretender curarlo con jugo de limón, ni recomendaría a nadie que sustituyera su tratamiento farmacológico por fruta alguna, aunque si alguien decidiese hacerlo tendría que respetar su voluntad.
Quiero expresar mi absoluta solidaridad con quienes sufren esta enfermedad y sus seres queridos, así como mi profundo respeto por la comunidad sanitaria y científica que cada día trabaja en paliar sus efectos y buscar una cura eficaz.
Comprendo que haya quien desee sacar de contexto las cosas, y respeto incluso a quienes son capaces de hacer bromas con un asunto como este, pero creo que se trata de un tema muy serio que exigía esta aclaración por mi parte.
Soy consciente de que los políticos somos ahora mismo el blanco de todas las iras; en parte nos lo hemos ganado, pero en este caso les aseguro que no ha sido así.
No son mías las palabras que me atribuyen, jamás las he pronunciado, por supuesto no las suscribo en ese sentido y lamento muchísimo que hayan dado pie a esta situación.
Mis disculpas y muchas gracias.
Cristina Tavío Ascanio