Me cabrean estas cosas por dos motivos intelectuales, principalmente:
-Me parece arbitrario que, de todas las particularidades del individuo (potencialmente ilimitadas), se elija el género como la más relevante. ¿Por qué no la clase social, la altura o la profesión? ¿Por qué no la raza?
-Segundo, promueve una rotura total de la idea ilustrada (con la que estoy de acuerdo) de que todos los seres humanos somos racionalmente semejantes, o que como tal deberían tratarnos. Sin distinción superficial de cosas no elegidas como el sexo o la raza.
-Por último, considero que estas cosas acaban generando ideología sectaria de la chunga, a lo profecía autocumplida: si yo te digo durante 4 años que eres muy superespecial porque tienes el género X, empezarás a adoptar ese rol.
Yo trato a todo el mundo como me han enseñado: con educación, respeto y empatía. Y analizo las ideas y los pensamientos olvidándome del sujeto. Me importa un pito la sexualidad de los demás en ambos casos.
Poner el género como absoluto quebranta ambos principios: relativiza los tratos sociales y potencia la irracional subjetividad.
Lo dicho arriba: intelectualmente estas ideologías me espantan.
-Me parece arbitrario que, de todas las particularidades del individuo (potencialmente ilimitadas), se elija el género como la más relevante. ¿Por qué no la clase social, la altura o la profesión? ¿Por qué no la raza?
-Segundo, promueve una rotura total de la idea ilustrada (con la que estoy de acuerdo) de que todos los seres humanos somos racionalmente semejantes, o que como tal deberían tratarnos. Sin distinción superficial de cosas no elegidas como el sexo o la raza.
-Por último, considero que estas cosas acaban generando ideología sectaria de la chunga, a lo profecía autocumplida: si yo te digo durante 4 años que eres muy superespecial porque tienes el género X, empezarás a adoptar ese rol.
Yo trato a todo el mundo como me han enseñado: con educación, respeto y empatía. Y analizo las ideas y los pensamientos olvidándome del sujeto. Me importa un pito la sexualidad de los demás en ambos casos.
Poner el género como absoluto quebranta ambos principios: relativiza los tratos sociales y potencia la irracional subjetividad.
Lo dicho arriba: intelectualmente estas ideologías me espantan.