#33 Desterrado, el Cid acudió a buscar a un nuevo señor a cuyo servicio ponerse y, al parecer, se dirigió primeramente a Barcelona donde reinaban los dos hermanos Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, que no consideraron oportuno acogerle en su corte (hay algunas teorías que apuntan que se descojonaron de él). Ante esta negativa podía haber buscado el amparo del rey de Aragón, Sancho Ramírez pero, no se sabe por qué, no lo hizo. Fue a partir de ahí cuando entró al servicio del rey de la taifa de Zaragoza
#32 Quizas necesitarías leer noticias más amables y desde otra perspectiva ahora que, informativamente, la cosa se tiende a relajar. Pero en tú caso veo que no es así, voy a fustigarme. Desconocía totalmente que el fascismo es fascismo todos los días del año, al igual que el radicalismo
#25#19#23 Si te echan de tu ciudad, de tu tierra y te quedas con una mano delante y con otra detrás ¿qué haces?, buscarte la vida ¿no? a mí, personalmente, me parece lícito. Hay que buscarse las lentejas amigo... ahora y hace nueve siglos
#12 El concepto de mercenario del siglo XI poco o nada tiene que ver con el que tenemos en la actualidad. Probablemente el Cid se vendería al mejor postor ya que, en definitiva, tenía que comer ¿no? (bueno, él y unos cuantos miles más). Sería un buen empresario en la actualidad
#14 No hubiera dado cancha a esta noticia en noviembre o febrero... quizás en la época en la que estamos nos merecemos leer informaciones que nos relajen un poco y eso por no entrar a desgranar los orígenes históricos (y documentados) de Rodrigo Díaz. Obvio la línea editorial del medio así como del periodista que la firma, me quedo con el titular que es lo que me ha parecido llamativo y muy, muy curioso. Saludos y relax que estamos a dos días de agosto