Con la prisa leyendo y la paranoia del caso Errrejón, leí "primer pene táctil no erecto", y entré a la noticia.
Definitivamente, tengo que buscar ayuda...
¡MENUDO PÁJARO!
- Uno: Casi seguro que es conde.
-Otro: Es-conde la pasta...
Norberto Juan Ortiz Osborne, nacido en Madrid, pertenece a una familia aristocrática española, y es el hijo mayor y único varón de Enrique Ortiz López-Valdemoro (n. 1928), VIII conde de Donadío de Casasola y VII conde de las Navas —un nieto materno de Juan Gualberto López-Valdemoro de Quesada, VI y V conde respectivamente— y de su esposa María Teresa Osborne y Marenco (1925-Madrid, 13 de octubre de 1991), una nieta paterna de Tomás Osborne Guezala (Puerto de Santa María, 2 de marzo de 1861-ib., 8 de enero de 1935), II conde de Osborne.2
Bertín tiene tres hermanas, María Teresa Ortiz Osborne, VIII condesa de las Navas desde el 30 de diciembre de 1994, Marta Ortiz Osborne y María de la Luz Ortiz Osborne. Pasó parte de su infancia en Villanueva de los Infantes en la provincia de Ciudad Real, en una finca que lindaba con la de su primo tío el VII duque de San Fernando de Quiroga, grande de España de primera clase, Jaime Melgarejo y Osborne.
Estudió en los Jesuitas de Chamartín, en el colegio internado San José de Campillos (Málaga) y en el Real colegio Alfonso XII de San Lorenzo de El Escorial. Estudió ingeniería agrónoma en Valladolid, aunque abandonó los estudios y se marchó de su casa. Hacia 1970 empezó a cantar en discotecas, más por afición que por necesidad. Al mismo tiempo desempeñaba toda clase de oficios: corredor inmobiliario, agente de seguros y representante inmobiliario en Sofico. (Wikipedia)
#45 Está claro que es así. Los logros sociales los consiguieron, presionando, Podemos, en su momento, Bildu y otros socios incómodos, pero necesarios para mantenerse en el poder, objetivo de la PSOE, a toda costa.
Sobre este día y el desfile (pasado por agua,como un huevo), esta canción de Loquillo -original de George Brassens y popularizada en castellano por Paco Ibáñez - viene al pelo: LA MALA REPUTACIÓN