Me acabo de leer esta semana "El hombre en busca del sentido" y es un libro acojonante.
Una de las cosas que me han llamado la atención, y que podría pasar desapercibidas, es que en el prólogo se disculpa por hablar en primera persona de sus experiencias, ya que lo intentó de todos los modos pero no podía escribirlo en tercera persona. Y se disculpa porque el método científico y el rigor exijen distanciamiento y objetividad.
Es exactamente lo contrario de lo que pasa hoy día. Los testimonios nos parecen más veraces y más rigurosos si el sujeto dice "tú no sabes lo que yo siento" y habla desde la más profunda subjetividad.
Ese ha sido un retroceso bastante ligado al narcisismo de ego consumidor. Me emocioné al leer los honestísimos escrúpulos de Frankl hacia sí mismo. Es un gesto de amor a la verdad que conmueve.
Doy fe. Yo era hipertenso grave (se supone que es para toda la vida). Empecé a trabajar por mi cuenta y sufro mucho más estrés, pero para sorpresa de mi médico la hipertensión aguda remitió totalmente. Algo habrá...