#17 oye, ¿en serio tú te crees que en la Opinión son tan listos e hilan tan fino como para meter una foto de ETA sobre una noticia de Podemos en un RSS?
Pues mira yo no lo creo, además de que el RSS de la Opinión lo debes leer tú y poco más.
El tío irá ahora de tener un pensamiento crítico y ser muy razonable frente a las feminazis, lo que no se da cuenta es que tiene tanto miedo a las feminazis que las está viendo en todas partes.
#102 Tú sabrás para qué usas el twitter, qué pone en tu perfil y qué le dijiste para que te bloquease y también tú sabras qué has entendido de toda esta historia que se compone de "Cardenas dice una burrada, una chica le critica, Cardenas manipula la información y acusa a la chica de mentir y editar audios para hundirle la carrera".
#55 Creo que no has visto la diferencia entre llevarte algo de tu tierra y tenerlo en tu vivienda respecto a usarlo o exigir su uso, según el caso, en espacios públicos. Es decir: si quieres comer tortilla española en restaurantes, no tiene sentido que la exijas o intentes imponer en los restaurantes o comedores de un país donde tradicionalmente no lo hacen o a su gente no le gusta. Comprarás las patatas y te la harás en tu casa en el extranjero. No como se vio en algunos casos, donde los padres exigían a los comedores del colegio ofrecer un menú libre de cerdo o cualquier alimento prohibido por la religión A o B. De un modo vagamente relacionado, si quieres taparte la cabeza con un paño, ayunar todo un mes o, ya yéndonos al caso más extremo de tradición importada, mutilar a tus hijos; cuando menos no exijas al país receptor que acepte y lo integre de modo oficial. Máxime cuando se trata una degradación de los derechos de la mujer (que las mujeres, y no los hombres, hayan de taparse el pelo a riesgo de ser consideradas indecentes) o un ataque a los derechos humanos (mutilación).
Por cierto, yo he vivido en el extranjero y nunca he exigido ni esperado bares con tapas españolas (me las cocinaba "clandestinas" yo), y las fotos de mi pueblo y familia me las guardaba en mi habitación; no las iba poniendo por los espacios comunes. Los horarios de España no los esperaba ni los exigía allí, ni esperaba que me concediesen un trato diferente o más facilidades por ser de España. Más bien me adapté, seguí sus horarios, fui a sus restaurantes, empecé a estudiar su lengua y hasta cierto punto a actuar como ellos; y si quería algo de mi tierra, me lo traía y lo tenía en mi habitación. Ah, y esas pulseritas tan monas de las que hablas las debes conocer y usar tú; que a mí eso de banderas me dan risa. Pero oye, que decirlo queda divertido en un comentario y a lo mejor cae karma rápido
Pues mira yo no lo creo, además de que el RSS de la Opinión lo debes leer tú y poco más.