Aunque, en el fondo, sabes que no echas de menos un sitio, sino una extraña y mágica conjugación del lugar, el momento y las personas adecuadas. Aquel año en el que viajaste, compartiste tu vida con personas especiales, fuiste tan feliz. En cada lugar donde has vivido queda un pedacito de quien fuiste, pero a veces no basta con regresar a una ciudad para dejar de echarla de menos.
...y te das cuenta de que ya no eres "de allí" ni llegas del todo a ser "de aquí". Estás entre el espacio y el tiempo de dos mundos: tu pasado en tu ciudad natal, que ya no es la misma y tu presente en el lugar actual al que no llegas a perteneder del todo.
Yo...echo de menos, mucho mucho a taaanta gente... y voy a verles en vacaciones... y, a veces, les sigo echando de menos, incluso mientras estoy con ellos. Menos mal que otras muchas, sin planearlo, aparece un calor humano que casi había olvidado. Entonces, cuando lo siento, vuelvo a ubicarte una temporadita más
En Galicia, Samaín de toda la vida.
Mis padres lo celebraban de niños (ambos son del 59), luego se fue perdiendo y en los últimos años vuelve a resurgir. Y yo me alegro.
Quien quiera vivir un Samaín de verdad, que visite Cedeira, que lo va a flipar.
...y te das cuenta de que ya no eres "de allí" ni llegas del todo a ser "de aquí". Estás entre el espacio y el tiempo de dos mundos: tu pasado en tu ciudad natal, que ya no es la misma y tu presente en el lugar actual al que no llegas a perteneder del todo.
Yo...echo de menos, mucho mucho a taaanta gente... y voy a verles en vacaciones... y, a veces, les sigo echando de menos, incluso mientras estoy con ellos. Menos mal que otras muchas, sin planearlo, aparece un calor humano que casi había olvidado. Entonces, cuando lo siento, vuelvo a ubicarte una temporadita más