#4 sigo: 1- Los científicos siempre están citando estudios sobre que los hombres piensan en el sexo una vez por minuto, mientras que las mujeres una vez al día. No sé a quién le han hecho la encuesta, pero es una chorrada. La verdad es que que no tengamos testosterona no significa que no disfrutemos de un buen polvo. Simplemente no queremos ser etiquetadas tan facilmente. Creedme, cuanto más puritana e inocente parece una chica, más dispuesta está a jugar con esposas recubiertas de peluche y un buen estudiado Kama Sutra.
2- Vale, a lo mejor nuestras conversaciones no son tan sinceras como las de Sexo en Nueva York. No vamos a contar todo lo que hacemos, eso se lo dejamos a la Cosmopolitan. Pero por nuestra salud mental, tenemos que hablar (o calificar, o puntuar, lo que proceda) sobre nuestra vida amorosa. El tamaño saldrá a relucir, al contrario de lo que decimos, el tamaño importa hasta cierto punto. (Creedme, nada es más incómodo que un "Estás dentro?" - "Sí... desde hace 10 minutos") Pero se trata mucho más de saber cómo utilizáis lo que os dio vuestra madre.
3- Vamos, no podéis decirnos que es exactamente una estética obra de arte. Es... graciosa. Reconozco que las vaginas pueden no ser mucho mejores, pero al menos no están ahí fuera para que les dé el aire. Además, no veis ninguna pintura de Georgia O’Keefe sobre genitales masculinos, verdad? (eso no lo he entendido mucho )
4- Cuál exactamente es la gracia de hacer con una mano mientras haces "doble click en tu ratón" con la otra? No me malinterpretéis, las mujeres tenemos fantasías elaboradas. Pero nuestras versiones son más escenarios imaginarios que existen sólo en nuestras cabezas, o quizás una novela romántica con una sola foto en la portada, un Fabio con una blusa medio abierta abrazando a una voluptuosa belleza delante de un castillo/lago/playa/etc. Reíos, pero el romance es divino. No somos tan dependientes de la
Lo triste es que aunque alguien la organizase, seríamos muchos los que no nos podríamos permitir el lujo de apoyarla faltaldo al trabajo y poniendo nuestro puesto en peligro. Asco de todo.