Y otro secreto es que en Galicia no puedes medir la renta con los mismos patrones que en Madrid o Flandes, aquí todo el mundo echa mano de los padres o los abuelos que les traen los huevos, los grelos, las patatas... productos naturales sin pesticidas que valdrían una pasta en un mercado ecológico y de los que aquí se dispone con normalidad (aplicable también al vino, al licor...). Sobre la mesa somos una región de renta baja o media, pero luego aquí todo el mundo tiene tierras que generan riqueza no computable en datos macroeconómicos.