Pobre hombre, no me imagino su sufrimiento.
Si gozaba de una heterosexualidad inquebrantable, como algunos de nosotros (no muchos ya), los del consabido "por el culo, el leve rumor del viento", todo el proceso de autoconvencimiento para pasar de pecador de pensamiento --lo que viene a ser el típico caco hispano de toa la vida, siempre pensamos en cómo colarla-- a pecador de obra, tomando por el culo de manera tan humillante, por el vil metal, ha tenido que ser extenuante, dolorosísimo.
Para mí que, si no le cazan en el banco, lo hubiese gastado todo en ansiolíticos y apoyo psicológico.
Es duro; es duro, cilíndrico, achatado y maleable.
Tuve la "suerte" de pasar unas oposiciones sacando un 8,7 para una posición de auxiliar de producción en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Ni siquiera pretendía pasar el examen (un psicotécnico / test de inteligencia) y me presentaba solo para dejar contenta a mi madre, funcionaria, que insistía en que un puesto de funcionario "te solucionaba la vida". Hice el examen, salí de los primeros, me asignaron la plaza y me vi obligado a dejar mi trabajo; en el que era muy feliz.
Una vez dentro de ese antro la cosa no podía ser peor. Un edificio viejo, sin apenas ventanas, con un ambiente opresivo. Los horarios de entrada tan estrictos que había que fichar. Lamentable la sensación a las 7 de la mañana de estar en una cola de cientos de personas cabizbajas, viejas y desilusionadas esperando a fichar con la misma desgana que si fuesen al matadero.
El ambiente interno no era mejor. Mis compañeros eran todos mayores de 40 años. Se negaban a aprenderse mi nombre, con lo que me llamaban "tú" o "el hijo de" en referencia a mi madre (que tenía el mismo rango que ellos, nada de ser jefa). No me dejaban acercarme a la maquinaria porque sabían que estaba cualificado para llevarla. Yo me acercaba con curiosidad, pues era algo que había estudiado, y me contestaban a gritos diciendo "no estamos aquí para enseñar". Me podían poner a montar cajas de cartón a mano durante 7 horas al día, una semana entera. Una vez ocurrió que a un gañán se le cayeron al suelo más de 1000 DNI's en blanco y estuvo esperándome dos horas (yo estaba transportando bidones de residuos). Cuando llego a mi taller y veo al tío súper impaciente exigiendo saber dónde estaba y diciéndome que me pusiese a recoger su follón, estallé. Le dije que ser auxiliar no implicaba ser el pringao que le recogía a los demás lo que se les cayese al suelo. Que si quería ayuda, yo encantado, pero que así no se piden las cosas. Ante mi negativa, dijo que por sus cojones lo iba a… » ver todo el comentario
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#82 Mister_Lala * 
