Bueno, bueno, tampoco hay que pasarse con los chavales. Pese que algunos no sepan mirar la hora en un reloj analógico o de agujas, también es cierto que tienen otras capacidades, como llamar feminazis a las mujeres o alabar a políticos fascistas. Es algo de lo que yo soy incapaz de hacer.
Después de los millones de muertos, lo peor de la pandemia del covid fue tener que aguantar día tras día la avalancha de babosadas vertidas por los subnormales lamebarandillas. Fue mucho peor que el confinamiento o los problemas sociales o económicos. Menudo horror.
Le salvaron el culo cuando escribía los insultos en su Facebook y lo jubilaron. Hace poco se puso a pedir pasta e hizo el putero ridículo, insultando a los mismos que le protegieron. Este baboso machista corrupto está acabado. ¡A por él!