Imagínate a un tipo que llega a su casa y se encuentra a su mujer con el vecino en la cama. Se enfurece y el instinto animal que lleva dentro le lleva a ponerse violento.
Entonces coge el teléfono, llama al servicio de atención de hombres maltratados, se inventa que la mujer le ha dado un guantazo y pone una denuncia en la policía. Se divorcia, se queda con la casa, una pensión, la custodia de los niños, el coche, etc. Y la mujer se queda en la calle pidiendo en una esquina. ¿Qué hombre necesitaría agredir físicamente?
Imagínate a un tipo que llega a su casa y se encuentra a su mujer con el vecino en la cama. Se enfurece y el instinto animal que lleva dentro le lleva a ponerse violento.
Entonces coge el teléfono, llama al servicio de atención de hombres maltratados, se inventa que la mujer le ha dado un guantazo y pone una denuncia en la policía. Se divorcia, se queda con la casa, una pensión, la custodia de los niños, el coche, etc. Y la mujer se queda en la calle pidiendo en una esquina. ¿Qué hombre necesitaría agredir físicamente?