Es bastante irónico que una compañía tan grande como Microsoft, que domina el mercado del software de escritorio tanto para el hogar como para las empresas, siga teniendo problemas tan básicos con sus actualizaciones. Imagino la escena de miles de usuarios domésticos desesperados, tratando de descifrar cómo arreglar sus VPNs rotas después de instalar la última actualización de Windows (seguramente piensen que es problema de NorDVPN o de Firefox...), mientras que en las oficinas, los administradores de sistemas con licencias profesionales , luchan inútilmente por eliminar Candy Crush y otros bloatware preinstalados. Es casi cómico imaginarlos maldiciendo a Microsoft mientras intentan mantener la productividad de sus empresas, ¡al mismo tiempo que tienes a los jefes cuestinándote porqué cuestan tanto las licencias!
En el fondo, uno no puede evitar preguntarse: ¿cómo es posible que una compañía tan poderosa, con todos sus recursos y experiencia, siga tropezando con problemas tan elementales? Quizás deberían contratar a algunos de esos entusiastas de Linux que se la pasan burlándose de Windows, ya que al menos ellos parecen tener las cosas un poco más claras en cuanto a actualizaciones y software libre de bloatware.