Ah, el arte de la política y la economía, donde la lógica a veces se toma vacaciones. Propongo que acusemos con humor a aquellos que, con toda la razón del mundo, piden un poco de sentido común a nuestros queridos políticos. Porque, claro, ¿quién no disfruta viendo cómo se recaudan impuestos para luego despilfarrarlos en proyectos tan útiles como una bicicleta sin ruedas o un submarino sin agua? Y no olvidemos esos puestos de trabajo inventados, como el de Toni Cantó o Abascal que son solo dos ejemplos de los miles de talentos dispersos por la geografía española.
Luego, te vas al médico y, sorpresa, no hay nadie que te atienda porque los pocos que están son tratados como si fueran personajes de una novela de Kafka. Y para cualquier trámite burocrático, te piden papeles que la administración ya tiene, pero que, por alguna razón mágica, tienes que presentar de nuevo. ¡Es como si estuvieran coleccionando copias!
Luego, te vas al médico y, sorpresa, no hay nadie que te atienda porque los pocos que están son tratados como si fueran personajes de una novela de Kafka. Y para cualquier trámite burocrático, te piden papeles que la administración ya tiene, pero que, por alguna razón mágica, tienes que presentar de nuevo. ¡Es como si estuvieran coleccionando copias!