#0 Secundo absolutamente lo que dices. Una vez te quitas ese miedo las cosas mejoran. No tengo emoción ni ganas por seguir viviendo, pero las cosas han mejorado un huevo.
En mi caso se juntaron todo lo que mencionas y más (descalabro absoluto profesional, la novia de toda la vida sufre una crisis existencial y desaparece de mi vida, mi gata, el bicho más bueno, obediente y cariñoso del mundo se murió, juicios con mi ex jefe, una familia en su 98% con la misma inteligencia emocional que una salamandra, una sensación de soledad como nunca había experimentado...).
En enero estaba sentado en mi anterior casa cuchillo en mano y con el brazo hacia arriba. No iba a montar un pifostio de "mundo hazme casito". No, iba a meter un tajo bien profundo desde la muñeca al antebrazo. No estaba nervioso, estaba cansado.
Desgraciadamente no lo hice porque el pensamiento de cómo podía afectar a un familiar (el único que se salva de mi familia) me frenaba. Y eso me llenaba de rabia.
El otro día un autobusero (conducen como el putísimo culo), casi se me lleva por delante (yo en moto) porque decidió hacer una maniobra peligrosa sin intermitente. No sentí miedo y mi primer pensamiento fue maldecir mis putos reflejos.
El día que mi familiar falte, y según mi grato de hartazgo, concluiré el negocio, pero no me iré solo.
#4 No sabes lo que libera perder ese miedo. Te la suda todo más, vives sin un palo en el culo y tu capacidad de tragar mierda sale por la ventana.
#18 Tío peculiar, la semana antes del examen contando batallitas nos dijo que una vez cogió un problema para un examen que le pareció chulo, pero no sabía que era irresoluble. Nos dijo que las pasaron putas en el departamento tratando de resolverlo para corregir los examenes porque nadie lo supo hacer. Y cuando confesó a sus alumnos, uno había logrado resolverlo. Hoy es uno de los mejores profes que tuve.
En mi caso se juntaron todo lo que mencionas y más (descalabro absoluto profesional, la novia de toda la vida sufre una crisis existencial y desaparece de mi vida, mi gata, el bicho más bueno, obediente y cariñoso del mundo se murió, juicios con mi ex jefe, una familia en su 98% con la misma inteligencia emocional que una salamandra, una sensación de soledad como nunca había experimentado...).
En enero estaba sentado en mi anterior casa cuchillo en mano y con el brazo hacia arriba. No iba a montar un pifostio de "mundo hazme casito". No, iba a meter un tajo bien profundo desde la muñeca al antebrazo. No estaba nervioso, estaba cansado.
Desgraciadamente no lo hice porque el pensamiento de cómo podía afectar a un familiar (el único que se salva de mi familia) me frenaba. Y eso me llenaba de rabia.
El otro día un autobusero (conducen como el putísimo culo), casi se me lleva por delante (yo en moto) porque decidió hacer una maniobra peligrosa sin intermitente. No sentí miedo y mi primer pensamiento fue maldecir mis putos reflejos.
El día que mi familiar falte, y según mi grato de hartazgo, concluiré el negocio, pero no me iré solo.
#4 No sabes lo que libera perder ese miedo. Te la suda todo más, vives sin un palo en el culo y tu capacidad de tragar mierda sale por la ventana.