Si fuera por esta gente, todavía estarían prohibidas las transfusiones de sangre. Nos hacen perder un tiempo muy valioso, que además supone un coste de cientos de miles de vidas (de vidas reales, no de células madre o embriones). Son una rémora para la Humanidad, que se ve obligada a avanzar arrastrando una bola pesada y negra. La Humanidad ha progresado a pesar de la Iglesia católica y de las religiones en general, y si algún día consigue quitarse esa cadena del tobillo, será emocionante verla correr…
2009, programa "Tengo una pregunta para usted". El ahora presidente del Gobierno se mostraba contrario a la reforma socialista de la ley y argumentaba que debía mantenerse la ley vigente sin modificar, tal y como se mantuvo durante los 8 años del Gobierno de Aznar, porque el aborto es una cuestión muy delicada y esa ley llevaba 20 años aplicándose "con el consenso de una gran mayoría". Una mayoría necesaria "en estos temas de conciencia", justificó Rajoy.
Tiempo después me enteré de por qué no vendían (ni venden) preservativos en esa farmacia: porque el dueño es del Opus. Una farmacia debería estar obligada a dispensar anticonceptivos, independientemente del grado de fanatismo del dueño de la misma. Y una mujer debería ser dueña de su cuerpo siempre, independientemente de las creencias religiosas y los favores debidos a la Iglesia por los miembros del Gobierno de un país supuestamente laico.
Se ha convertido en un símbolo de los ciudadanos indignados. Su alegato contra los políticos a través de un vídeo de Youtube de tres minutos ya lleva más de 60.000 reproducciones en apenas tres días. Con una hija tetrapléjica con apenas recursos, es víctima de la crisis y los recortes. Juanita critica en Al Rojo Vivo a los políticos que "no mandan para arreglar los problemas del pueblo, sino para cobrar un buen sueldo".Juanita recuerda que, cuando mandaban los socialistas venía una mujer cada día para ayudarla con su madre que estaba en cama...
«Marque del 0 al 10 la confianza que tiene usted en la Guardia Civil». ¿Confianza? Confío en lo que sé: que son capaces de sostener y defender cobardemente una dictadura; confío en que, como en el 81, pueden intentar dar un golpe de Estado para que vuelvan los tiempos de «extraordinaria placidez»; y confío en que si en el futuro nos vemos abocados a otros cuarenta años de oscurantismo y atraso cavernario, los que disfrutan del «monopolio de la violencia» se pondrán de parte de sus amos, no del pueblo, de la democracia ni de la legalidad.