Discúlpeme usted a mí, querido Saluette, en verdad sería más riguroso si mencionara las fuentes, pero no fui yo quien publicó mi artículo como noticia en Menéame, así que todo esto me cogió desprevenida y debería ponerme a buscar todos los reportajes o pasajes que he leído y conforman mi conocimiento al respecto, aunque si lo piensan detenidamente, lo que digo es de sentido común. No vayan ahora a elevarme a la categoría de revolucionaria política, sólo soy un trozo de cefalópodo rebozado que poco entiende de costumbres homínidas. Disfrute de su estancia en EEUU, y a falta de yogur, coma queso que está muy rico.
No es tanto perjudicial el producto, en este caso, el colirio en sí, como el uso abusivo que promueven los anuncios. Cada vez que tengas los ojos rojos, ponte el colirio para blanquearlos a fuerza de vasoconstreñir todo el globo ocular, en vez de evitar que se te irriten o simplemente no querer que sean inmaculados después de estar fumando porros. Lo mismo con las aspirinas: ¿te duele algo? Tómatela, sin saber que estás enmascarando el dolor, un síntoma de un problema mayor no tratado.
Mi blog no es de divulgación científica sino de sátira, puedo sustentar más o menos mis opiniones con fundamentos lógicos y constatados empíricamente, pero no tengo por que indexar además la Real Enciclopedia Británica. La información está en cualquier libro de nutrición y dietética, o en el consejo de médicos no sobornados por las empresas farmacéuticas. Ahora, si quiere, hago como los anuncios y me limito a mencionar: Estudios avalados por laboratorios independientes demuestran que... Con dinero, todo se avala y todo nombre se compra.
En primer lugar quisiera denunciar la falta de sensibilidad ante un síntoma psicótico tan devastador como es la coprolalia que padezco, motivo de discriminación indisoluta que debería obviarse pues es bien sabido que personas sanas y civilizadas como ustedes, en arrebatos de frustración y como interjecciones animosas, hacen buen uso de esos términos tan cacofónicos pero divertidos llamados comunmente "palabrotas".
En segundo lugar, recordarles que para humor crítico pretendidamente sofisticado e intelectual ya tienen a Risto Mejide, que cobra por humillar con el aplauso de todos, elevado a la categoría mesiánica de visionario. Él es mi malogrado profeta.
En tercer lugar, si tienen problemas con híbridos cefalópodo-humanoides banales y soeces como yo, háganmelo saber en mi hortera pero hospitalario blog, allí también gozan del agradable anonimato para escandalizarse con mi chabacano way of life y no me obligan a registrarme en su ampulosa página de noticias redirigidas, un gran servicio a la comunidad ociosa.
En cuarto lugar, mostrarles mi empatía y mi comprensión por sus reacciones, es más confortable matar al mensajero que desacreditar a las empresas de alimentación y farmacéutica en las que confiamos.
En quinto lugar, gracias por todo, lo bueno y lo malo. Siendo un blog personal y sin ánimo de lucro, escribo en clave de humor, tengo conocimientos de nutrición pero mi profesión es en otro ámbito sanitario, y el gato es mío y me lo follo cuando quiero. Sí, también soy zoofílica, mala suerte, ¡me adelanté!