Las verdades suenan así de claras y pueden hacer mucho daño a la complacencia general de esta sociedad embobada y convencida de que "debe" ir a votar porque es su responsabilidad. Si, además, con el mismo gesto de introducir una papeleta en una urna se acaba con ETA, jornada redonda para el pobre votante. Hasta ahí llega la estupidez. Quien vaya a votar con ese convencimiento no se respeta ni a él mismo. Si queda algo de lucidez en este país, absténganse de seguir sosteniendo esta farsa infame. Sólo así podrá haber algún día en España democracia.
Muchos de los que se quejan de este alcalde irán a votar el 9 de marzo para elegir -eso piensan- a un político de igual catadura moral. De nada valen lamentos si después legitimamos a esa casta de privilegiados con nuestro voto. Ni siquiera el voto en blanco es decente, pues un índice de participación alto satisface a toda la clase política porque demuestra que su "invento" funciona: toda la ciudadanía comprometida. ¿Cuándo actuaremos de una vez como personas libres y dignas y dejaremos de ver en la abstención una irresponsabilidad?
Está claro que la campaña agit-prop en internet del PSOE se ha puesto a funcionar. Todos los comentarios negativos a esta noticia tienen esa explicación. De otra manera, no se explica la devoción y el crédito que merece Zapatero entre la concurrencia. Todavía hay gente que cree en él. Lo peor es que la otra mitad cree en Rajoy. Nadie se entera de que no son diferentes en lo esencial. Pregúntenles a cualquiera de los dos si está a favor de que los españoles elijamos presidente del gobierno directamente en las urnas y ya verán como están de acuerdo ambos en negarnos ese derecho. Quien defienda a ZP, a Rajoy o a cualquier otro líder político de esta gran mentira no se respeta a sí mismo. Reflexionen.