"En el año 2011, miles de jóvenes, despojados de sus tasas y sus empleos, ocuparon las plazas y las calles de varias ciudades de España.
Y la indignación se difundió. La buena salud resultó más contagiosa que las pestes, y las voces de los indignados atravesaron las fronteras dibujadas en los mapas. Así resonaron en el mundo:
Nos dijeron “¡a la puta calle!”, y aquí estamos.
Apaga la tele y enciende la calle.
La llaman crisis, pero es estafa.
No falta dinero: sobran ladrones.
Los mercados gobiernan. Yo no los voté.
Ellos toman decisiones por nosotros, sin nosotros.
Se alquila esclavo económico.
Estoy buscando mis derechos. ¿Alguien los ha visto?
Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir".
#41 Depende de la tarifa que tengas. Yo también tengo Pepepohone y no tengo establecimiento de llamada. "Tarifa 7.5 cent_min (sin est.)". Junto con los 500 Mb, pago entre 4 y 5 euros al mes.
#28 Por desgracia, mientras sigamos teniendo una buena parte de la población adormilada votando a corruptos, hará falta que los que de verdad se esfuerzan en cambiar las cosas sean muuuuuuuy cansinos.
"Qué poquito hubo que hacer para que Jesús superara aquella enfermedad tan alarmante: normalizar sus condiciones de vida.
Hoy por el contrario me preocupa ver con cuánta ligereza se administran fármacos a los chiquillos, sobre todo a los chavales que se muestran indómitos
De un caso que conocí recientemente, me dicen que es inestable, que se pelea mucho, que a penas presta atención, que no es manejable (sic)... y la criatura todavía tan sólo tiene ocho años. Como Jesusito, también él reside en un hogar de monjitas, como él también debe estar endemoniado, aunque ahora ya no le consideren poseso sino hiperactivo, porque la jerga se remoza pero sigue exigiendo mucho credo. Ellas realizaron la primera valoración de lo que le achacan al niño, por eso le llevaron a una clínica y rellenaron un cuestionario made in USA, los peritos confrontaron las respuestas en un vademecum internacional y ya está: conducta negativista-desafiante, todo un diagnóstico.
Pero ser desafiante o desafiado alude a incidentes en la relación, y cabe preguntarse si esa criatura de ocho añitos tiene capacidad de ser tan intimidante como para que los adultos se sientan desafiados, o si son los adultos que, aunque haya cambiado el lenguaje, le siguen percibiendo como endemoniado, poco manejable.
Del mismo modo que ir ante unos tribunales supone un castigo aunque finalmente te absuelvan, el que unas monjitas lleven a un niño a una clínica supone un motivo, lo da por supuesto. Las respuestas al cuestionario añaden la posibilidad de clasificarle, ¿logran descubrir alguna patología o logran simplemente clasificarle?. Os juro que prefiero lo de endemoniado, porque era menos peligroso, menos convincente. Y lo peor de todo es que les permite atiborrar a los niños de Risperdal y similares... para que se vuelvan más manejables."
Extracto del libro "De tanta rabia, tanto cariño" de Enrique Martínez Reguera.
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