#31 Y claro, la conclusión más lógica que cabe esperar ante tanto popurrí de reliquia es que lo "divino", el sentido religioso, etc., no tiene ningún sentido salvo como delirio o psicopatología aberrante y limitante.
Si vamos a cualquier colegio, vemos a millones de chavales estudiando sus materias correspondientes, y equivocándose una y otra vez. ¿No es esto prueba suficiente de que las materias que están estudiando e incluso su propio esfuerzo no tienen absolutamente ningún sentido y que deberían abandonarlo cuanto antes?
#9 Desde luego, si se juntasen todas las reliquias que aseguran ser fragmentos auténticos de la cruz de Jesús, darían para reconstruirla y construir de paso la catedral donde poder guardarla.
Pero claro, si "divinidad" es igual a "astilla", "sangre", "brazo", "descomposición" o "tela", a lo mejor hay un problema de definición. A lo mejor.
#5 Obviamente: el caso es que es un problema el límite de caracteres en Menéame. Si no, hace mucho que me habría puesto "Dr Domino dominorum et Rex rexarum, Simplis Christianus Puer Mentalis Doctor, la reencarnación de Jesús de Nazaret".
Incluyo emoticonos de protocolo para estos casos:
Aclaro aun más: no, no es eso lo que estoy diciendo.
"Aunque el experimento no curó a ninguno de los tres Cristos, me curó de mi delirio divino en el que pensaba que podía manipularles y sacarles de sus creencias. Realmente no tenía derecho, incluso en el nombre de la ciencia, a jugar a ser Dios e interferir durante todo el día en su vida cotidiana."
Y así un experimento puede ser útil aunque se obtengan conclusiones inesperadas o diametralmente opuestas. No resolvió el asunto de averiguar quién era el auténtico Dios, pero sí retrató un poquito al diablo.
#31 En realidad yo creo que sí vale. Que todos juguemos en entornos competitivos y no nos hayan pillado en "una buena jugada" de esas que hacemos alguna vez por presiones externas... no es excusa para que a la que sí hayan pillado la sometamos a un juicio sumarísimo de valores.
Porque entonces no estaríamos juzgando tanto su fallo como fraude sino el que haya sido pillado (¿qué hay de los que siguen campando a sus anchas? ¿Son inocentes sólo porque el resto de investigadores no han sido capaces de detectar a tiempo los fallos en sus ideas? ¿La presunción de inocencia y toda su carrera como investigadora desaparece solamente con que se pueda demostrar un fallo en unas investigaciones?) ; no estaríamos juzgando la calidad de un investigador en tanto resultados sino su valía para poder colar una treta sin ser visto; no estaríamos retratándonos a nosotros mismos como críticos objetivos de una obra sino como verdugos dispuestos a cortarle la cabeza a cualquiera por lo que en un momento dado nosotros hayamos podido hacer y por lo que no hayamos sufrido un acoso y derribo semejante.
Amañar y falsificar las pruebas, inventar los datos y copiar los resultados de los colegas son algunas de las tretas a las que recurren los piratas del laboratorio para cometer fraudes. Estos no son en ningún caso motivo de orgullo, pero sí que llama la atención y produce sorpresa la manera en que urdieron el engaño o cómo fueron desenmascarados.
Un retoque orbital.
El astrónomo alemán Johannes Kepler (1571-1630) forzó los cálculos para ajustar al milímetro su teoría de que los planetas se mueven en órbitas elípticas y no circulares alrededor del Sol.
Quien mucho publica... Robert Slutsky, radiólogo de la Universidad de California en San Diego, publicaba a un ritmo de un artículo científico cada 10 días. Cuando el comité científico revisó sus 137 publicaciones, se encontró con experimentos inventados, mediciones incorrectas e inexistentes y análisis estadísticos urdidos por su imaginación.
Fraude de gravedad. Isaac Newton amañó los resultados de sus cálculos de la velocidad del sonido y de los equinoccios para formular su teoría gravitatoria.
¡Qué mal padre!
El matemático suizo Johann Bernoulli (1667-1748) se apropió de unas ecuaciones desarrolladas íntegramente por su hijo Daniel, pionero de la hidrodinámica y de la teoría cinética de los gases. Además, dató la publicación de forma que su hijo pareciese el plagiador.
Lo que la natureza no da...
El psicólogo inglés Cyril Burt (1883-1971) sostuvo la hipótesis de que la herencia determina la inteligencia de las personas basándose en datos de su invención. "
Los científicos engañan desde siempre, y no solo los mediocres; entre la nómina de falsificadores nos encontramos con los nombres de prestigiosos premios Nobel y con los creadores de la ciencia moderna. Por ejemplo, Galileo, padre del método experimental, no llevó de verdad a cabo los famosos experimentos que probaban el movimiento rotatorio de la Tierra. Newton ajustaba sus cálculos matemáticos, o mejor dicho inventaba nuevas ecuaciones matemáticas para que se correspondiesen con las realidades teóricas. Un ejemplo de ello es que se invento coeficientes de humedad y de rozamiento para hacer cuadrar la velocidad del sonido. Estos científicos engañaban para salvar algunos escollos en aras de realizar una valiosa contribución científica. Pero hoy en día es todo lo contrario, desde que la ciencia paso de vocación o simplemente de mero instrumento para descubrir la verdad de una forma noble, a pasado a ser una profesión como otra cualquiera, y por lo tanto esta inmersa en las estrategias de la oferta y la demanda. La ciencia engaña por dinero, para poder financiar investigaciones, proyectos, instituciones, o por el mero afán de lucro. [...]"
#22#25 Pero es que aquí el problema está precisamente en que se ha puesto en duda la integridad y la profesionalidad de esta persona por haber hecho arreglos fotográficos con algún programa de edición de imagen.
En esto, como en todo, hay varios niveles:
1) Ser científico profesional, querer demostrar algo y encontrarse irremediablemente con la conclusión opuesta a la que uno pretendía demostrar. ----> Se intenta no publicar o antes de eso, se intenta aprovechar la conclusión del estudio para intentar demostrar otra cosa alternativa. Y no es tanto por querer escurrir el bulto, sino simplemente por aprovechar los esfuerzos, la inversión de tiempo y de dinero, etc., que se han metido. Sigue siendo algo muy digno y encomiable, ¡se ha llegado a una conclusión a fin de cuentas!
2) Ser científico profesional, querer demostrar algo y equivocarse con la demostración. No pasa nada, somos humanos, etc, etc. Mal por el derroche de esfuerzos, bien por la dignidad de saber admitir una corrección. OK.
3) Ser científico profesional, querer demostrar algo y falsificar una prueba por causas de impericia (fallos en el protocolo y/o resultados ajenos a lo que uno pretendía demostrar). Y esto no es admisible.
Una sociedad que delega el entendimiento de una situación social, un contexto o un problema en manos de una sola persona (según la teoría del hombre único) y que incluso no tiene problema en recurrir a él para referirse a "un hombre que lo intentó pero casi" en habiendo miles de recursos disponibles más eficientes y que no fueron usados vaya a saber por qué...
... no sé, pero me suena más a chivo expiatorio. No exactamente un "tonto útil", sino un "espantapájaros útil" en el cual poder soltar la mierda que todos arrastran y no saben dónde descargar.