¿Es cierto que este entrenador os obligaba a leer libros e ir a ver los museos de las ciudades donde jugabais?
Este hombre fue como un segundo padre para mí. Se llamaba Ravil Cheremtiev. Estaba más con nosotros que con su familia, de hecho luego se separó, teniendo dos hijas. Y sí, nos obligaba a culturizarnos. En cualquier ciudad de mala muerte en la que estuviéramos teníamos que ir a ver el museo del lugar. Éramos un equipo que, aparte de ser muy buenos, teníamos una preparación intelectual muy buena. Nos obligaba a leer libros. Si no cumplías en el colegio, no viajabas. Te tenías que quedar y estudiar. Cuando íbamos al extranjero, a Polonia o Checoslovaquia, que aquello era la hostia, salir de la URSS, él premiaba a los mejores estudiantes aunque fueran peores jugadores.
Joder, en aquellos tiempos el sistema educativo soviético era muy bueno. Teníamos que leer Crimen y Castigo en 8º, Guerra y Paz en 9º… Dostoievski, Pushkin, toda la literatura rusa, menos Nabokov, claro, y Bakunin, que estaban prohibidos, pero los conseguías. Y también, aparte de la literatura rusa, la mundial. Don Quijote, por ejemplo, era obligatorio. Había muchas clases de Cervantes… Lope de Vega.
Cómo en el franquismo. Ya, eso dicen los franquistas que a su vez ni han leído el artículo.
Me encanta esta frase “ cuando en realidad la diferencia está en que uno de ellos se comporta como una patria con sus ciudadanos y el otro como un patriarca de un núcleo chabolista” y aunque comparto el sentimiento solo me gustaría decir que el patriarca de un núcleo chabolista cuida de los suyos mucho mas que nuestro estado.
A mi me ha pasado también lo mismo que a ti. Incluso con algo con cierta urgencia que me dieron cita con el especialista para dentro de algo menos de 90 días.
También te digo que he visto como están los administrativos del centro de salud trabajando, el teléfono sonando largo y tendido, y pasar por completo de cogerlo hasta que dejó de sonar.
Durante la primera ola, esa donde te decían que la gente no saturara los centros, nos ocurrió que mi mujer tuvo una bronquitis, y que previamente estuvimos llamando varios días y nadie lo cogía, hasta que un día, después de hartarnos a llamar, bajamos al centro de salud, que estaba VACIO, y que nadie nos decía por que no nos cogían el teléfono.
No desdigo la saturación, pero también lo del teléfono es de traca.
Al tolai este le pasa lo mismo que a Elon Musk con su fábrica en Alemania que puso el pobre hombre to contento pensando que se le llenaría de talentosos, inteligentes, altos y rubios chavales teutones purarraza deseosos de currar 16 horas para él al día. Y se ha visto en la tesitura de que ahí hacen sus 7'5 horas y se les cae la llave inglesa y si tienes algún problema háblalo con mis homies del sindicato
Leen lo que les escriben sus admiradores por Twitter y se creen que en Europa somos una especie de retrasados mentales que nos encanta dejarnos el espinazo y las retinas en sus negocios para hacerles ricos y adoramos regalarles nuestro tiempo, nuestros datos y si quieren yacer con nuestras mujeres e hijas, pues también. Luego salen de internet y se dan cuenta de que Europa, por mucho que se esfuercen nuestros queridos políticos, sigue sin ser USA. Ni siquiera Yunaited Quingdon llega a ser la pocilga social que es USA
Y claro entonces vienen los lloros y los "pos me llevo la empresa". Y cuando se les responde "pos llévatela", entonces lloran más aún. Están demasiado acostumbrados a que les saquen lustre al sable como los superhombres que son, pero eso sólo es en su casa y en Internet. La vida real es mucho más diversa y ellos son al final sólo un pastao más sin relevancia ninguna más que para otros pastaos e inversores, al mundo se la soplan.
Y Musk aún dejará fábricas por ahí y cohetes y satélites por el cielo, pero este niño pijo se cree que ha cambiado el mundo y cuando la palme por ejemplo devorado por tiburones haciendo surf en su isla privada y Facebook se cancele, no quedará de él más que alguna línea escrita como anécdota en la Wikipedia: "éste caralagarto inventó una red social, se hizo rico y luego se murió".
Este hombre fue como un segundo padre para mí. Se llamaba Ravil Cheremtiev. Estaba más con nosotros que con su familia, de hecho luego se separó, teniendo dos hijas. Y sí, nos obligaba a culturizarnos. En cualquier ciudad de mala muerte en la que estuviéramos teníamos que ir a ver el museo del lugar. Éramos un equipo que, aparte de ser muy buenos, teníamos una preparación intelectual muy buena. Nos obligaba a leer libros. Si no cumplías en el colegio, no viajabas. Te tenías que quedar y estudiar. Cuando íbamos al extranjero, a Polonia o Checoslovaquia, que aquello era la hostia, salir de la URSS, él premiaba a los mejores estudiantes aunque fueran peores jugadores.
Joder, en aquellos tiempos el sistema educativo soviético era muy bueno. Teníamos que leer Crimen y Castigo en 8º, Guerra y Paz en 9º… Dostoievski, Pushkin, toda la literatura rusa, menos Nabokov, claro, y Bakunin, que estaban prohibidos, pero los conseguías. Y también, aparte de la literatura rusa, la mundial. Don Quijote, por ejemplo, era obligatorio. Había muchas clases de Cervantes… Lope de Vega.
Cómo en el franquismo. Ya, eso dicen los franquistas que a su vez ni han leído el artículo.