Traducción (automática y no revisada) de la noticia:
Cada mañana, Pere sale de casa para pasear el perrito. Se lo regalaron los hijos cuando se jubiló y, desde entonces, saca el Tobi tres golpes el día, le habla mientras miran la televisión, lo regaña porque le mordisquea las zapatillas --Chico, que no tengo ningún más--, le deja lamer la tapa del yogur. De madrugada, se despierta porque se le ha dormido sobre la rodilla de la prótesis: mira que hay cama, y tú siempre encima... El día siguiente, cuando siendo las lamidas a la nariz, se recuerda que es vivo: Que ya me levanto, hombre, como eres.
Un día, el Tobi no lo despierta con lamidas ni quiere andar. Con el corazón a la garganta, Pere lo coge a los brazos, toma los diez euros reservados para ir al mercado y pide un taxi. El veterinario le hace un presupuesto: doscientos euros la visita, las radiografías, la medicación. Pere se tiene que apoyar a la litera del compañero enfermo: el imprevisto es inasumible para su pensión, la mitad de la cual es para el comedor de los nietos. Pide al veterinario si, en lugar del antibiótico, no le puede dar agua de tomillo. Los hijos le han dicho que sólo es un perro, ya te encontraremos otro.
Esta puede ser la historia de uno de los miles de pequeños núcleos familiares formatos por una persona y su animal de compañía. La palabra 'compañía', en estos casos, tiene un significado que va más allá del mero atributo, y la expresión 'núcleo familiar' no es ninguna metáfora. Muchas de estas personas son gente mayor que se despiertan y se van a dormir sólo, y su bestia es la que siempre está, la que los da risa y los obliga a asearse, salir de casa, hacer un poco de ejercicio y continuar relacionándose con el mundo: Mira allá, Tula, quién te remueve la cola!; Ayer no nos vimos, Joan, que no te encontrabas bien?; No tendrás unas tripes de pescado, Rosa, para el gato?
Y que pasa cuando estos suyos compañeros de vida tienen que menester atención médica? Una visita pelada al veterinario… » ver todo el comentario
#33 No edité nada del titular ni de la entradilla para evitar el "microblogging". De todos modos, tienes razón en que el nombre del cilista iría bien ponerlo. Si algún administrador puede añadirlo, que lo haga. ¡Gracias por el comentario!
#1 El bombardero es manejado por un piloto que, más o menos, está poniendo su vida en riesgo. El dron no. Eso ya me parece un factor diferencial bastante importante.
"errores de bulto que resultan bastante molestos" Si un error en una película te resulta molesto, tal vez sea hora de replantearte tus baremos de "molestia". Saludos
No discutiré el voto "irrelevante", pues es posible que el artículo lo sea (aun siendo divertido), pero no llego a entender los 6 votos de "duplicada" cuando no lo es. Saludos.
#21 En mi envío hay una entrevista en vídeo que no está en la noticia que llegó a portada, así que para mí sería más "complementaria" que "duplicada". Saludos.
Por cierto, ¿podría algún admnistrador añadir el identificador de que la noticia contiene un vídeo? Gracias.
"Ya sabemos que corren tiempos duros para la financiación de proyectos a partir de la administración pública. Esto ha llevado a muchas organizaciones a mirar a las personas individuales como fuente de financiación de sus actividades. Así, una de las cosas de las que más se oye hablar últimamente es de campañas de captación de fondos. Lamentablemente, muchas de estas campañas no están teniendo los resultados esperados, empezando a provocar un cierto desencanto y desánimo.
En general, el enfoque de captación de fondos adolece de centrar todo su esfuerzo en la dimensión económica de la gente. Algo así como "dame dinero", "necesito tu dinero". Considero que esto provoca una sensación parecida a la que he tenido en algunos viajes como turista, cuando me he sentido un "euro con piernas". No es una sensación agradable. De hecho, suele provocar el efecto contrario al que busca: cuanto más quieren mi dinero, más me predispongo a guardarlo. Algo parecido debe pasar con muchas de estas campañas.
La falta de dinero no es la causa de los problemas de nuestras organizaciones, sino que es la consecuencia de no haber sido capaces de generar un compromiso previo hacia nuestra misión. Las personas se comprometen en lo que les importa, y es entonces cuando destinan tiempo y recursos. Es decir, voluntariado y dinero para trabajar por la razón de ser de la entidad.
Las personas pueden comprometerse y ilusionarse con las organizaciones, y entonces se transforman en una base social que aporta dedicación voluntaria y recursos económicos para luchar por lo que creen que vale la pena. Nada nuevo: las organizaciones no lucrativas siempre han sido lo que las personas comprometidas han querido que sean.
La financiación pública nos ha dado dimensión como sector y nos ha ayudado a crecer y estructurar, pero el precio ha sido alto. En muchos casos, se ha olvidado la importancia de contar con una base social implicada con la organización. Ahora nos toca trabajar duramente para reconstruir vínculos con la comunidad y conseguir esta base social comprometida con la misión de la entidad.
Pero no podemos olvidar que las personas no son "euros con piernas": tienen voluntad y capacidad de comprometerse con nuestra organización porque les importa lo que aportamos a la sociedad. Y el resultado de este compromiso serán ideas, dedicación, dinero, relaciones, presencia social, etc.
En lugar de enfocarnos captar fondos deberíamos centrarnos más en generar compromiso. Y una vez nuestra base social cuente con personas comprometidas, sí tendrá sentido hacer campañas de voluntariado o de compromiso económico para concretar esta relación en acciones.