Una hipótesis que se andaba barajando es que el chaval se le fue el santo al cielo con la fiesta, que perdió el tren y que tuvo la idea de montarse en otro para luego contar que se había equivocado de tren y esquivar una posible bronca.
La verdad es que de otra forma no entiendo la insistencia de colarse en las vias, porque además la versión de los trabajadores del catering que lo echaron cuando se coló por segunda vez es que le ofrecieron cargar el móvil y dijo que no y se fue.
No se, yo por mi parte le habría pedido a algún colega que me pagará un BlaBlaCar, hay bastante tránsito y no es difícil encontrar a alguien que haga parada en la seguridad social, que está a cinco minutos de la estación.
En fin, descanse en paz, y pobres los padres, que les queda comerse la cabeza el resto de su vida.