#6 Bueno siento aguar el primer video navideño de menéame. Estoy muy de acuerdo con #14 pero es que además creo que aunque es un gesto muy bonito, no tiene demasiado que ver con la generosidad. Yo lo calificaría más bien como un 10% de generosidad, 40% de espectáculo y divertimento, y el resto es nuestro amigo el consumismo, cosa en la que los americanos sí son expertos y me explico. Creo que el consumismo en toda su salsa abarca mucho más que salir una tarde a fundirte el crédito en zapatos y ropa.
De hecho, me cabrea más la compra-compulsiva disfrazada de generosidad en forma de "regalos para los demás". No pongo en duda que "regalar" es una forma de mostrar aprecio, lo que digo es que se ha convertido en el sursum corda de las muestras de afecto, hasta el punto de que no comprar cosas para los demás, sobre todo en ciertas fechas, es igual a que no nos importan. Desprendernos del objeto de nuestra compra-compulsiva es ya la guinda al rally de emociones de planificar un tiempo de compras, elegir entre muchas opciones, sopesar el precio, por fin hacer el gasto y llegar al cuasi orgasmo de poseer temporalmente lo que buscabas. Regalar lava nuestra sensación de culpa con toneladas de "buena intención" y deja espacio libre en nuestros cajones para nuevos objetos de deseo.
No sé, me pregunto cuánto me gastaría yo en un peluche para lanzar en un partido, y aunque fuera para caridad creo que no mucho. Hacer peluches realmente bonitos no es trivial y por eso los cobran bien caros. Los demás, suelen salir de fábricas con bajas aspiraciones en temas de retorno a la sociedad (medio ambientales, salarios, condiciones de trabajo...) la mayoría casi seguro de Taiwán o China. También me pregunto si no podríamos haberle ahorrado al planeta todo ese gastazo de materiales, transporte y energía, empleando los diez euros del peluche, no sé, en fomentar talleres de formación u ocupación para las familias de esos niños sin recursos para que el año que viene pudieran comprarse ellos el juguete que les haga ilusión, o unos pantalones o lo que necesiten. Esa sí sería una forma cool de demostrarles que nos importan.
Claro que esto es mucho menos divertido y espectacular que ir a ver un pista llena hasta arriba de peluches un sábado de invierno por la tarde.
#18 No ha sido una lección. Como dice #21, has quedado muy bien (aunque haya sido sin intención).
Soy de los muchos que están hasta las bowlings de que americano se use como sinónimo de estadounidense. Coñe, hasta he oído que uno de EE.UU. le decía a un venezolano que no era americano. Hay que joderse.
Ah, y norteamericano también puede ser un canadiense y un mexicano.
#6 el modelo de sociedad caritativa es un concepto cristiano, aunque también está presente en otras religiones. (Dios te ha hecho pobre y a mí rico, por eso tengo obligación de compartir algo contigo, pero eso sí, tus hijos seguirán siendo pobres y los míos ricos).
La caridad no construirá un modelo de sociedad más justo, simplemente lo mandendrá, ya que no soluciona la brecha que existe entre ricos y pobres.
Con esto no quiero decir que mientras la sociedad no cambie obras de caridad no cumplan una función muy importante. Bancos de alimentos, cáritas y similares son necesarios para que a diario a mucha gente no le falte lo más básico.