Una saga tan legendaria como El Padrino habría que dajarla tal cual está. Volver a tirar de esa cuerda puede resultar desastroso como pasó con la segunda y tercera parte de Matrix o la reposición del 1,2,3.
Vamos, que en tiempos de bonanza económica los banqueros y los constructores se forraron, provocando en parte lo que tenemos ahora. Y el premio es inyectarles dinero público para que no dejen de perder. Y como siempre, tanto en un momento como en otro, la pasta la ponemos los de siempre.
Algún periodista tenía que haberle preguntado si sabe cuál es la velocidad media que ofrece Telefónica, como operador mayoritario, y el precio. Igual la pone en un aprieto.
Qué bien. Ahora habrá que contratar a traductores para que todos se enteren de todo. Me parece bien que se creen puestos de trabajo, pero llegado el caso, ¿quién pagará eso?
Y sin embargo, a día de hoy me cuesta imaginar ordenadores con Linux de forma masiva en las aulas. Si no hace falta subir impuestos; con dejar de derrochar, se ganaría muchísimo más dinero.
¿Y qué pasa con los que tenemos ahora 3 MB? Para subir a 6 hay que pagar otro eurito. ¿Nos bajan el precio, o nos mantienen el precio si no lo comunicamos?
Cambiarán la norma, pero por el escándalo originado. Tiene que pasar esto para que anulen normas absurdas. Desde luego, es lo más estúpido que he escuchado en bastante tiempo.
Ese fue el problema, que la canción era pésima. No entiendo eso de mezclar trozos en español y en inglés, que suelen hacer siempre, por la internacionalidad del evento o no sé que fin.
Al final triunfa la originalidad, como ha pasado. España presentó una canción que ni soy capaz de recordar, una puesta en escena vistosa, y a intentar adivinar los gustos de la mayoría.
Resumen, menos votos que Chikilicuatre. Bastante penoso en mi opinión.
Ciertamente, la gente se ha acostumbrado a que los ordenadores fallan, a que hay que instalar antivirus, antispam, antispyware..., a que el Windows hayq ue formatearlo cada cierto tiempo, y mucha gente vive de esto.
Eso tenía que haber hecho yo en su día, viniendo desde Nueva York hasta Madrid en una hilera de asientos añadida a posteriori en un 747, pegada a los baños. No se podía reclinar ni 1 cm. Unido a que por la noche el asiento de delante sí estaba reclinado, podéis imaginar la comodidad del viaje. Eso sí, el billete no tenía descuento.