Del comienzo del artículo... tenía entendido que el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos, y el día siguiente el Día de los Fieles Difuntos. Pero en muchos lugares se va al cementerio el día 1 porque el 2 ya hay que trabajar...
Debe haber alguna confusión con la anécdota de Beaudelaire. Él falleció en 1867 y el Museo de Orsay no se inauguró hasta 1986. De hecho, la Estación de Orsay empezó a funcionar como terminal ferroviario en 1900. Si la anécdota es cierta, habrá ocurrido en otro lugar.
#55 Me ha recordado lo que le ocurrió a un amigo mío, sudamericano, en una pequeña ciudad austriaca. Entró en una tienda de artículos para el hogar y preguntó por algo. La vendedora (que creo que era además la dueña) simplemente le dijo "Eso es muy caro para usted" y luego le dio el precio. Cuando mi amigo, sin hacer caso del comentario, le dijo que pensaba llevar cuatro, a la señora le faltó poco para ponerse de alfombra.
Como aclara 81, parece que la mayoría no se hubiera leido la noticia completa: "Ese posible pacto pasa por devolver el dinero presuntamente malversado e implica el pago, de forma solidaria, de unos 3,5 millones de euros por los daños causados a la Administración" y "En especial han de reponer totalmente, más un tercio de carga, el daño patrimonial causado a la Administración si se trata de malversación, cohecho o fraude."
Cuando se habla de razas siempre recuerdo una anécdota que me contó un amigo, un poco mayor que yo. Hasta los años 70, en el documento de identidad de mi país, Perú, se incluía la raza como dato descriptivo del individuo, al igual que la estatura o el color de los ojos o del pelo. Por ejemplo, en el de mi padre aparecía "Mestizo".
Alá por 1960, al ir a inscribirse mi amigo (hijo de peruano blanco y de española), el funcionario, sin levantar la cabeza, iba preguntando y mi amigo respondiendo:
¿Estatura?
-Un metro setenta y cinco
¿Color de ojos?
-Marrón
¿Raza?
-Humana... ¿es que hay otra?
El funcionario levantó la cabeza, lo miró con curiosidad y escribió "Blanco".