Hola! Yo lo dejé durante 3 años. Me dio gota con 33 y el médico me echó una bronca monumental. Claro, yo era de los de ponerse a hacer la comida, abrir un botellín y acabar pedo y comido. Bebía demasiada cerveza y me pasó factura, así que lo dejé como tú: radical. Y entonces empecé a sentir los síntomas sociales que mencionas, pero tampoco fue problemático porque me apañaba diciendo que tenía gota y la gente enseguida se ponía en plan: Santo cielo! Y parece que me entendían… tal vez porque pensaban que les podía pasar a ellos también… no sé.
Al principio lo que más me preocupaba era qué beber en los bares, porque igual que tú, ponerse tibio a cocacola zero es casi peor. Y así descubrí el agua con gas y rodaja de limón que sigo consumiendo de tanto en tanto. Me empecé a poner tibio de eso. Y es lo mejor que me pudo pasar.
Pasó el tiempo y Llegó la pandemia. Ahí descubrí un artículo de investigación que desmentía muchos mitos en torno a la gota y exponía el escaso papel de algunas bebidas como el vino en ataques de artritis gotosa. Y dije: qué cojones, estamos confinados. Y recaí con el vino. Y luego volví a decir: qué cojones. Y recaí en la cerveza. Obviamente, ya no bebo como antes ni de cerca. Los ataques de gota los tengo controlados y soy un 30% más feliz permitiéndome beber cerveza. El agua con gas también está fuertemente presente en mi dieta.
En fin, siento la chapa, pero tu historia me ha recordado tanto a lo mio, que necesitaba contarla. Espero que te haya resultado útil o entretenido o lo que sea.
Al principio lo que más me preocupaba era qué beber en los bares, porque igual que tú, ponerse tibio a cocacola zero es casi peor. Y así descubrí el agua con gas y rodaja de limón que sigo consumiendo de tanto en tanto. Me empecé a poner tibio de eso. Y es lo mejor que me pudo pasar.
Pasó el tiempo y Llegó la pandemia. Ahí descubrí un artículo de investigación que desmentía muchos mitos en torno a la gota y exponía el escaso papel de algunas bebidas como el vino en ataques de artritis gotosa. Y dije: qué cojones, estamos confinados. Y recaí con el vino. Y luego volví a decir: qué cojones. Y recaí en la cerveza. Obviamente, ya no bebo como antes ni de cerca. Los ataques de gota los tengo controlados y soy un 30% más feliz permitiéndome beber cerveza. El agua con gas también está fuertemente presente en mi dieta.
En fin, siento la chapa, pero tu historia me ha recordado tanto a lo mio, que necesitaba contarla. Espero que te haya resultado útil o entretenido o lo que sea.
Abrasos