La primera y más evidente conclusión es que las personas que mandan en el mundo de las finanzas son personas que se han separado de la realidad. No son conscientes ellos mismos ni socialmente de que son ejecutivos de Wall Street que han aceptado ser parte de un grupo cuya misión tácita es hacer beneficios de las debilidades del sector financiero. No cuando esas debilidades se habían traducido en un perjuicio real para millones de personas en forma de las ejecuciones hipotecarias, "wrecked 401(k)s" y una crisis de paro devastador.
La segunda cosa que me di cuenta fue que esa sociedad secreta era, en gran parte, una organización basada en el miedo. Allí estaban los ejecutivos que tenían fuertes convencimientos sobre la política, la sociedad y el trabajo de sus colegas, pero que nunca tendrían el coraje de expresar esas opiniones en un entorno público. Su cobardía los había reducido a francotiradores de sus enemigos disparando en forma de canciones y sketches satíricos, sólo entre aquellas personas que habían sido escogidos para compartir su visión del mundo. Y la idea de un periodista haciendo esas opiniones públicas les había hecho rabiar masivamente.
El último pensamiento que tenía, y lo más triste, es que muchos de estos miembros santurrones Kappa Beta Phi habían sido sin duda los banqueros "de primer año" en algún una vez y de 20, 30, o 40 años desde entonces, algo fundamental en ellos había cambiado. Su búsqueda de dinero y poder les había separado del mundo real a la triste medida en que, ahora, en la flor de su carrera, las únicas personas con las que podrían comportarse realmente eran un puñado financieros más.
Aquí hay muchas risas. Pero esto es culpa de todos. Esto son suicidios. Suicidios de la gente más desesperada de este país, jóvenes sin futuro y sin nada, en un pueblito de Fuerteventura. Canarias está muy mal, los padres llegan a las casas sin nada para darle de comer a los hijos. Esto es así, hagamos chistes estúpidos, pero este es el país que tenemos. Donde algún hijo de puta roba no se cuántos miles de millones y luego se rie en la cara de todos cuando es indultado, y mientras los pibes de 19 años tienen que prenderse fuego en playas de localidades olvidadas de la mano de Dios, porque no encuentran ninguna salida ni sentido a su existencia.
Se difunden unos mails que mandó una persona demostrando que han robado más de 500 millones de dinero público, lo encierran, paga la fianza con ese mismo dinero y lo vuelven a encausar y hay que inhabilitar al juez.
A mi me graban a diario y tengo que aguantarme porque es por mi seguridad.
¿Más o menos o tengo que fumarme un porro para enterarme y que no se me hinchen más las pelotas?
Vamos, es que este país es de traca. Al final todos defendiendo a los caciques como vacas haciendo arrumacos al carnicero.
Es mejor alguien que no quiera afán de protagonismo, eso es deleznable, es mejor alguien como el Sr. Rajoy, que por no querer protagonismo, incluso usa plasmas para dar ruedas de prensa, que majo es
La primera y más evidente conclusión es que las personas que mandan en el mundo de las finanzas son personas que se han separado de la realidad. No son conscientes ellos mismos ni socialmente de que son ejecutivos de Wall Street que han aceptado ser parte de un grupo cuya misión tácita es hacer beneficios de las debilidades del sector financiero. No cuando esas debilidades se habían traducido en un perjuicio real para millones de personas en forma de las ejecuciones hipotecarias, "wrecked 401(k)s" y una crisis de paro devastador.
La segunda cosa que me di cuenta fue que esa sociedad secreta era, en gran parte, una organización basada en el miedo. Allí estaban los ejecutivos que tenían fuertes convencimientos sobre la política, la sociedad y el trabajo de sus colegas, pero que nunca tendrían el coraje de expresar esas opiniones en un entorno público. Su cobardía los había reducido a francotiradores de sus enemigos disparando en forma de canciones y sketches satíricos, sólo entre aquellas personas que habían sido escogidos para compartir su visión del mundo. Y la idea de un periodista haciendo esas opiniones públicas les había hecho rabiar masivamente.
El último pensamiento que tenía, y lo más triste, es que muchos de estos miembros santurrones Kappa Beta Phi habían sido sin duda los banqueros "de primer año" en algún una vez y de 20, 30, o 40 años desde entonces, algo fundamental en ellos había cambiado. Su búsqueda de dinero y poder les había separado del mundo real a la triste medida en que, ahora, en la flor de su carrera, las únicas personas con las que podrían comportarse realmente eran un puñado financieros más.