Es que no hay que criticar al papa, hay que internarle como enfermo mental que es.
A este anciano le han hecho creer que tiene contacto directo con seres imaginarios y que debe pasear con ridículos ropajes que le dan el poder de decir gilipolleces que atenten contra la salud pública sin que nadie pueda oponerse.
La media europea son 13,5 cm. Si se refieren metafóricamente a que con esa medida nos están dando por culo las operadoras de banda ancha en este país, sin que sirva de precedente, daremos la razón al gobierno.
#14 Ese razonamiento es contrario a la fe. En cuanto a los motivos que ibas a dar de que dios existe, parece que aún no le has quitado el plastiquillo a ese DVD.
#12 Una cosa es el clero y otra la religión, cierto. Pero la religión tiene su base en una novela imaginaria e irreal de la que dice el clero es lo que les contó a unos escritores un ser invisible y todopoderoso. Y lo de las directrices morales puede que valieran en su momento, pero ahora disponemos de otras herramientas más adecuadas a los tiempos que vivimos como son la declaración universal de los derechos humanos. Las directrices morales de hace 2000 años no valen en la actualidad. Si lees la biblia te darás cuenta de que, al margen de la fantasía, esas directrices morales atentan contra la libertad de la mujer, por ejemplo. Hoy en día la iglesia es un negocio para unos pocos, una estafa tan grande como un estado con sucursales por todo el mundo, creado con dinero manchado del miedo de la gente. Una forma de terrorismo, diría yo.
#6 ¿Seguro que la fe católica es compatible con la verdad científica? Repasaré mis libros de ciencias, pero no recuerdo que hablen de que ningún humano pueda resucitar, que una mujer se pueda quedar embarazada por un espíritu o que usar un preservativo aumenta el riesgo de contagio del SIDA.
#16 Un gran hombre, en su posición, lo que habría hecho es admitir que las personas no resucitan, que no existe ningún ser invisible que habla con pastores y que asesina a toda la humanidad salvo a un barbas y a su familia mediante un diluvio mundial, que las palomas no follan vírgenes y, en definitiva, que todo era un cuento para controlar masas mediante el miedo a la muerte y a lo desconocido; que han sacado bastante pasta a costa de incautos y de masacrar a quien se opusiera, que se arrepiente mucho de todo lo sucedido por parte de la organización que representa y que va a devolver todos los bienes que ha robado a los países engañados o, en su defecto, se los da a los más desfavorecidos, que en teoría era la moraleja del cuento.
#1 Desde el sindicato del Metal queremos criticar a la iglesia, entre otros motivos, por considerar satánica a nuestra música. Vivan Iron Maiden, Judas Priest y muchos más.
Esto de que los tontos se mueren antes puede ser un filón para nuevos anuncios del mediamarkt.
Sería algo así: Un tio la palma por no comprar en el mediamartk mientras el de siempre tiene un orgasmo al verlo.
Joder, qué quereis. Si tienen que esperar a que no salgan noticias de abusos sexuales de curas, no sacan la campaña publicitaria nunca. Y ya estaba pagada.
Si vosotros fueseis los presidentes de la empresa más poderosa del mundo, rodeados de oro, faldas y disfraces, sin verguenza ninguna, dueños y señores de vuestro propio país, viviendo a todo trapo, saqueando la riqueza del muchos países a los que sus líderes se les caen la baba al veros pasear con esos trapitos pretaporter, puede que alguno abararía corrupto de tanto poder, demente de esa vida irreal, pregonando que existe dios, que me des la pasta por la información y que no me pidas explicaciones porque yo ordeno y tu obedeces sin cuestionar nada, borreguito.
Aunque admito que hace falta una bajeza moral casi inhumana.
Un consejo: Nunca digais nombres. Por ejemplo cuando hago el amor pensando en la Leia solo la llamo princesa. Del mismo modo, digo "oh, si, qué fuerte" cuando pienso que me estoy trincando a la masa.
Y así con todo.
A este anciano le han hecho creer que tiene contacto directo con seres imaginarios y que debe pasear con ridículos ropajes que le dan el poder de decir gilipolleces que atenten contra la salud pública sin que nadie pueda oponerse.