"El mayor enemigo de una mujer, rara vez es un hombre. Siempre es otra mujer". Palabra de Lemmy. Alabado sea Lemmy.
No existen muchas mujeres a las que puedas contar algo como "quedé con un tío que conocí en internet, fuimos a un hotel, follamos a grito limpio, y cuando se quedó dormido, le besé la frente, me vestí y me fui. Y nunca más volví a verle"*, sin que te tachen de zorra. Yo tengo la suerte de tener amigas (y amigos) a quienes poder contar algo así, pero es algo que no le confiaría a mi hermana; ella no lo entendería. Y como ella, muchísimas otras pensarían que eso es "de putas, de guarras". Y no. Eso, es simplemente de personas que han tomado la decisión, libre y sin coacciones, de hacer con su cuerpo lo que les salga de los cojones (con perdón). Mi cuerpo y mi cerebro, son lo único que puedo decir que es verdaderamente mío en éste mundo (y sólo en este, en el otro ya veremos. Como dijo Miguelito, el amigo de Mafalda: "¿Cómo? ¿O sea, que el envase hay que devolverlo?"), y por lo tanto, haré con ellos lo que yo desee y dejaré entrar en ellos a quienes yo desee.
Habrá quien diga "eso no es libertad, ¡es libertinaje!" o "¿Para esto, queríais la libertad las mujeres? ¿Para convertiros en putones?". Pues mira, quizá sí. Quizá era bueno hacerle saber al mundo que las mujeres somos tan sexuales como los tíos, no vivimos del aire y de poemas que hablan tanto de flores que dan alergia. Quizá era bueno hacerle saber al mundo que una mujer que folla libremente con quien y cuando quiere, no es un putón, es una PERSONA, que tiene deseos y necesidades como cualquier otro ser. Si eso va a tener como contestación algo como "Pues ahora, pase, pero en cuanto cojas años te vas a ver más sola que el uno, ¿qué hombre se va a querer arrimar a una tía que se ha acostado con X tíos?", la respuesta es: si lo único que le va a interesar a un hombre de mí es mi historial amatorio, para mí vale tan poco como aquél al que sólo le intereso si soy rubia, de ojos azules y cuerpo esbelto. Mi experiencia sexual, no define mi calidad personal; yo no juzgo a los hombres por ella, y el hombre que lo haga conmigo, no es interesante para tenerlo a mi lado. Yo espero de mi hipotética pareja que sea medianamente simpático, razonablemente inteligente, moderamente culto, tierno, mimoso... que sea virgen, que se haya casado ocho veces como Barba Azul, que sea alto, bajo, gordo, flaco, rubio, moreno, calvo, tuerto... eso son accidentes y me son por completo indiferentes. ¿Tú buscas una virgen como si fueras un unicornio? Libre eres de ello, pero no te acerques a mí.
*Por cuestiones de concisión, omito que la cuenta del hotel estaba pagada a medias, pero huelga decirlo. El taxi también fue a medias y además le invité a un helado. Hay que ser libre para todo, no sólo para lo agradable...
No existen muchas mujeres a las que puedas contar algo como "quedé con un tío que conocí en internet, fuimos a un hotel, follamos a grito limpio, y cuando se quedó dormido, le besé la frente, me vestí y me fui. Y nunca más volví a verle"*, sin que te tachen de zorra. Yo tengo la suerte de tener amigas (y amigos) a quienes poder contar algo así, pero es algo que no le confiaría a mi hermana; ella no lo entendería. Y como ella, muchísimas otras pensarían que eso es "de putas, de guarras". Y no. Eso, es simplemente de personas que han tomado la decisión, libre y sin coacciones, de hacer con su cuerpo lo que les salga de los cojones (con perdón). Mi cuerpo y mi cerebro, son lo único que puedo decir que es verdaderamente mío en éste mundo (y sólo en este, en el otro ya veremos. Como dijo Miguelito, el amigo de Mafalda: "¿Cómo? ¿O sea, que el envase hay que devolverlo?"), y por lo tanto, haré con ellos lo que yo desee y dejaré entrar en ellos a quienes yo desee.
Habrá quien diga "eso no es libertad, ¡es libertinaje!" o "¿Para esto, queríais la libertad las mujeres? ¿Para convertiros en putones?". Pues mira, quizá sí. Quizá era bueno hacerle saber al mundo que las mujeres somos tan sexuales como los tíos, no vivimos del aire y de poemas que hablan tanto de flores que dan alergia. Quizá era bueno hacerle saber al mundo que una mujer que folla libremente con quien y cuando quiere, no es un putón, es una PERSONA, que tiene deseos y necesidades como cualquier otro ser. Si eso va a tener como contestación algo como "Pues ahora, pase, pero en cuanto cojas años te vas a ver más sola que el uno, ¿qué hombre se va a querer arrimar a una tía que se ha acostado con X tíos?", la respuesta es: si lo único que le va a interesar a un hombre de mí es mi historial amatorio, para mí vale tan poco como aquél al que sólo le intereso si soy rubia, de ojos azules y cuerpo esbelto. Mi experiencia sexual, no define mi calidad personal; yo no juzgo a los hombres por ella, y el hombre que lo haga conmigo, no es interesante para tenerlo a mi lado. Yo espero de mi hipotética pareja que sea medianamente simpático, razonablemente inteligente, moderamente culto, tierno, mimoso... que sea virgen, que se haya casado ocho veces como Barba Azul, que sea alto, bajo, gordo, flaco, rubio, moreno, calvo, tuerto... eso son accidentes y me son por completo indiferentes. ¿Tú buscas una virgen como si fueras un unicornio? Libre eres de ello, pero no te acerques a mí.
*Por cuestiones de concisión, omito que la cuenta del hotel estaba pagada a medias, pero huelga decirlo. El taxi también fue a medias y además le invité a un helado. Hay que ser libre para todo, no sólo para lo agradable...