Sinceramente creo que la palabra accidente debería ser abolida para estos casos. Esto no es un accidente sino el fruto de una imprudencia temeraria e irresponsable por parte de unos energumenos que no aprecian algo tan precioso como es la vida.
El señor Alonso en vez de concentrarse en cargar a diestro y siniestro contra todo lo que él supone que le perjudica; debería concentrarse en lo que se le da bien: pilotar el coche como sabe o como ha hecho en el pasado. Es un buen piloto pero un mal perdedor.
Un gran campeón, que es como le considera mucha gente, ha de saber disfrutar las victorias pero sobretodo mantener la humildad y los modales al perder.
Será para prevenir que te vuelen el Parlamento por los aires con una hoja de María. Menos mal que ahora le podremos echar la culpa a Gordon y no a Blair.