El rey Carlos, que está vivo, está mejorando los bienes inmuebles que posee con dinero de personas del noroeste de Inglaterra que están muertas. Según un nuevo informe de The Guardian, un arcano sistema dirige los activos financieros de personas fallecidas sin testamento ni parientes cercanos en lo que antes era el condado de Lancashire al Ducado de Lancaster, una finca privada propiedad del rey. En la última década, el "ducado" ha recaudado más de 60 millones de libras de esos fondos, que, según ha afirmado, se donaban a obras benéficas. Pero "documentos internos del ducado" (sí, esto es real) muestran que gran parte de los fondos se utilizan en realidad para renovar las propiedades inmobiliarias del rey, algunas de las cuales alquila para su propio beneficio.
The Guardian informó que los conocedores del ducado se refieren a este dinero como un "fondo para sobornos", que pueden utilizar para mejorar la cartera del rey, que incluye hoteles, castillos, propiedades residenciales y comerciales, y bienes raíces de lujo en todo el país. Al parecer, la reina Isabel II aprobó el uso de estos fondos bona vacantia para mejoras en 1987 y de nuevo en 2019. Estas renovaciones incluyen ventanas de doble acristalamiento (¡qué bien!), quemadores de leña y tejados nuevos. En un caso, una antigua granja se renovó parcialmente con los llamados fondos de bona vacantia, para ser alquilada como vivienda de cuatro dormitorios por 1.450 libras al mes.
Esta práctica de la época feudal fue promulgada por el Parlamento en 1925 pero, como informa The Guardian, "se desconoce por qué se hizo". Mientras tanto, ha ayudado al Rey Carlos, un terrateniente, a amasar una fortuna privada cuyo valor se estima en 1.800 millones de libras.