#22 Para ser juez en este país es necesario aprobar una oposición y pasar posteriormente dos años de aprendizaje. Uno en la escuela judicial (puedes ver el programa de este año en la página del Consejo General del Poder Judicial, escuela judicial) y otro año de prácticas tuteladas (pasas por juzgados civiles, penales, registro civil, violencia de género) Hasta que no pasas esos dos años no te dan el despacho.
#50 ¿Que no nos enteramos? Hemos visto esta noticia a través de twitter. Si hijo, usamos twitter, vemos las noticias (en la cadena que nos da la real gana), salimos los fines de semana, tenemos nuestras parejas. Salvo un mes antes de los exámenes, descansamos un día a la semana. Estudiamos mucho, no digo que no ¿pero qué contacto con la realidad tienen muchas personas que se ponen a picar código a las 9 de la mañana, paran una hora para comer, y siguen picando código hasta las 7 de la tarde? El mismo que nosotros. Ya te digo, que salvo el mes antes del examen, estudiamos 8/9 horas diarias igual que si fuera un trabajo que nos organizamos nosotros mismos.
#57 Yo he vendido seguros, he facilitado información telefónica, era la amable operadora que atendía a las personas en el servicio de atención en carretera, era la operadora mala a la que le decían que no podían enviar MMS,... y como #53 y yo muchos más.
#52 Si fuera tan fácil como aplicar las leyes, lo podría hacer un software. Pero como hay que interpretarlas en función de las circunstacias y de la realidad, mejor conocer éstas lo mejor posible no?
#53 Me la impresión de que lo tuyo es más bien una excepción.
#45 Creo que nadie ha puesto en duda que sea duro estudiar tanto. Ahora, en mi opinión, esa capacidad sacrificio para estudiar que sin duda se requiere, no creo que sea la mejor forma de filtrar a las personas que van a tener el poder de juzgar nuestros actos. Serán personas que apenas han visto la luz del día y no han vivido en la calle, que no tienen una perspectiva cercana de la sociedad de a pie y menos conocen las circunstancias que llevan a la mayoría de las personas a deliquir.