Lo que se deduce de este extenso artículo es que unos fármacos supuestamente muy peligrosos para la salud de las mujeres, por razones supuestamente políticas han estado siendo recetados a las mujeres y financiados por la Sanidad Pública y ahora hemos tenido la suerte de que, gracias a la crisis, ya no se los van a recetar, al menos con cargo al herario público.
Qué suerte tenemos de estar en crisis.
La cuestión principal es: si no hubiéramos revisado el listado de medicamentos para recortar el gasto por la crisis, alguien se habría preocupado de lo peligroso que era el medicamento para esas mujeres?
Resumiendo: lo que le importa a la señora ministra es la salud de los ciudadanos o el dinero?