Afirmar que el esperanto es eurocentrista por su léxico es injusto, irreal y denota una cierta ignorancia.
Todos los lingüistas acuerdan que el léxico es lo menos importante a la hora de aprender una lengua, y que realmente donde hay que esforzarse es en la estructura gramatical. La gramática del Esperanto, sin pretenderlo su iniciador, es más parecida a la gramática del mandarín que a la del francés o el alemán.
Además, el léxico del esperanto es mínimo, ya que a base de 36 afijos, las palabras se forman solas, así solo tenemos que aprender que "salud" se dice "sano", y de ahí ya deducimos que "sana" es "saludable", que "malsano" es "enfermedad", que "malasulejo" es hospital, etcétera etcétera etcétera.
Recomiendo a los detractores del esperanto otra estrategia, ya que la mayoría de esperantistas suelen ser, por su afán internacionalista y sus inquertides lingüísticas y culturales, expertos en derechos lingüísticos, lenguas del mundo, diversidad, etc.
El Esperanto no es una nueva lengua, lleva hablándose 120 años de forma ininterrumpida, ha superado dos guerras mundiales, dictaduras, encarcelamientos, exterminio de hablantes, y sigue viva y bien viva. Lo que más asusta a los poderosos del Esperanto, es que es una utopía probada, y se sabe que funciona.
El inglés no es más que la lengua de los ingleses, algunos norteamericanos y gran parte de la población del planeta. Nada más. Pretenderla internacional es imperialismo por un lado, y elitismo por otro. Mientras en la mayoría de escuelas del mundo se dedica casi la mitad del tiempo a estudiar idiomas (normalmente, el propio, el del estado y el inglés), los anglófonos dedican este tiempo a estudiar otras materias.
El hecho que el inglés se pretenda internacional también pone a sus hablantes nativos en las direcciones de las empresas más importantes del mundo, en prejuicio del resto de la humanidad que jamás llegará a ocupar tales puestos por más que se esfuercen.
Además, el inglés es una lengua MUY DIFICIL! Se nos vende como fácil ya que su gramática es sencilla. Sin embargo tiene las complicaciones e irregularidades que tiene cualquier lengua nacional,su pobreza gramatical exige unos giros lingüísticos para precisar un tanto complicados, y la pronunciación y la escritura son algo inalcanzable para la mayoría de la humanidad. (En la palabra "enough" [léase inaf] sólo coincide la letra "n" entre la escritura y la pronunciación). Esto provoca que haya que aprender la escritura de cada una de las palabras por separado, como si se tratara de los ideogramas del mandarín.
Para terminar, decir que no hay necesidad de una lengua internacional porque ya existe, es como decir que no hay necesidad de un movimineto pacifista porque las guerras existen, que la lucha de las mujeres es inútil porque hay machismo, que los ecologistas están de más porque el planeta está hecho un asco y no hay nada que hacer.
Se trata de democracia, derechos humanos, protección de la diversidad, igualdad y paz.
El Esperanto no se debe imponer jamás. Se debe hacer una labor pedagógica mundial para que la humanidad lo acepte gratamente. De hecho el Esperanto no es el fin, sino el medio, a lo que se debe llegar es a una herramienta de comunicación neutral auxiliar que garantice la diversidad, que sea accesible al mundo entero y que potencie la cultura de la paz.
Se trata de que poner al mismo nivel todas las lenguas del mundo, que ninguna lengua sea internacional, nacional ni regional, sino todas iguales, y que el idioma internacional sea una lengua neutral planificada para tal menester. Se trata de democracia lingüística. Se trata de garantizar la diversidad.
Por otro lado, también se trata del derecho a la comunicación entre hombres con lenguas diferentes. Sólo algunas élites pueden permitirse el lujo de dominar el inglés a la perfección, mientras que todos los seres humanos pueden con más o menos esfuerzo, aquirir un completo dominio del Esperanto. Este derecho a la comunicación universal es uno de los pasos a la cultura de la PAZ.
Todos los lingüistas acuerdan que el léxico es lo menos importante a la hora de aprender una lengua, y que realmente donde hay que esforzarse es en la estructura gramatical. La gramática del Esperanto, sin pretenderlo su iniciador, es más parecida a la gramática del mandarín que a la del francés o el alemán.
Además, el léxico del esperanto es mínimo, ya que a base de 36 afijos, las palabras se forman solas, así solo tenemos que aprender que "salud" se dice "sano", y de ahí ya deducimos que "sana" es "saludable", que "malsano" es "enfermedad", que "malasulejo" es hospital, etcétera etcétera etcétera.
Recomiendo a los detractores del esperanto otra estrategia, ya que la mayoría de esperantistas suelen ser, por su afán internacionalista y sus inquertides lingüísticas y culturales, expertos en derechos lingüísticos, lenguas del mundo, diversidad, etc.