#23 sois muy cansinos en ningún caso digo que un sumarino no generen energía nuclear. Hasta ahí llego genios. Pero esto es una central nuclear flotante para generar energia en alta mar o en puerto para terceros. Y en ese sentido es la primera central nuclear flotante del mundo, un concepto que habra que llamar de alguna manera. Tampoco es el primer barco que flota, lo digo por si alguien quiere destacar ese punto.
Os dicen que los rusos están construyendo barcos con capacidad de generar energía nuclear para llevar por el mundo a cualquier sitio, venderlo a países tan inestables como Sudán y navegar con ellos por el ártico y lo único que os preocupa es apuntar eso.
#13 A ver, una cosa es una central nuclear que genera energía y otra un submarino propulsado por energía nuclear. La noticia habla de la que se considera la primera central nuclear flotante, no habla de otra cosa. A un submarino nuclear nadie le llama central nuclear. Y esta noticia habla de central nuclear, la primera flotante, lo quieras o no.
Son mayoría hombres porque muchos dejan a sus familias en campos de refugiados, no quieren que crucen el mar y hagan el viaje ni sus mujeres ni sus hijos porque pueden morir. Mujeres árabes solas son las menos, no hace falta que te explique por qué. No te pedía datos de los hombres si no de las "mujeres y los niños que se quedan en la guerra". Quieres hacer pensar que son unos cobardes que dejan a sus familias en la guerra. Espero que nunca te veas en una situación parecida. Ya veo que necesitas algo más que inteligencia artificial para desarrollar empatía.
#1 No, no dice lo mismo, porque este estudio contempla otra variable, la desaparición de las abejas. Dice que se va a perder mucho más café, hasta un 88% frente a un 50% que decían los más catastrofistas antes.
#6 esa es la gran mentira de las farmacéuticas, la investigación fallida la absorben principalmente las universidades. Y lo que es peor los ensayos clínicos los pagamos los ciudadanos.
#2 Dos multinacionales con facturaciones astronómicas que fundamentan los elevados precios en los costes de investigación y desarrollo aunque, paradójicamente, algunas de esas investigaciones se hayan desarrollado y financiado con fondos públicos, como es el caso de Axi-Cel. Su investigación partió del Instituto Nacional de Salud de EEUU y con cargo a los impuestos.