Tampoco ayuda que antes, durante y al terminar cada puto partido haya que comerse la mierda de publicidad de casas de apuestas diciendote que apuestes por ti o por lo que crees o cualquier otra mierda de eslogan. La industria ha pasado de disimular ser entretenimiento para el espectador quitando el foco en el deporte y poniendolo en un casino. Que arda todo.