Ésto me recuerda a un caso que me contó mi abuela de la guerra civil.
Una noche, un par de hombres fueron a casa de un tercero para invitarle a dar uno de aquellos famosos "paseos". Una vez en la casa, el propietario les propuso que porqué no tomaban unas copas antes, que tenía una botella buenísima y se iba a perder. La pareja aceptó gustosa, y le dejaron ir a la cocina a por ella. Volvió con una ametralladora, abrió fuego, se vistió de mujer y huyó al extranjero.
Está claro que no es el mismo caso, pero es una llamativa historia.
En el caso que ocupa la entrada, o el cazador era un bicho malo, o tenía problemas mentales.