#101 pues como lo hagan tan bien como ayer los antidisturbios intentado abrir la línea 8 hasta el aeropuerto... estamos apañados. Estoy a favor del cumplimiento de unos servicios mínimos (aunque el 50% puede resultar abusivo)
#101 Pues pinta garantizar los servicios minimos que los trabajadores se niegan a garantizar. Ya lo dije arriba, para mi lo mejor que podia hacer el ejercito es poner el metro a funcionar al 100%, pero gratis. Asi se jode la comunidad de Madrid y dejan hacer su vida al ciudadano, que no tiene culpa de nada.
Voy en bicicleta habitualmente cruzando Barcelona entera. Y eso no son 2 o 3 kilómetros, eso es un paseíto de fin de semana. Lo que hago de media un día normal son trayectos de 8-10 kilómetros, y si tengo que ir hasta Hospitalet de Llobregat (que alguna vez he tenido que ir, fuera del trabajo), pues me pueden tocar tranquilamente 12-14 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta.
Y no soy el único que va en bici y hace largos recorridos. Os aseguro que aunque tarde 45 minutos en hacer ese recorrido en metro no tardaría mucho menos, por no hablar de ir en bus, que, por supuesto, va más lento todavía en nuestra maravillosa ciudad-no-colapsada por el transporte privado.
Los que tienen que hacer 60km para llegar a Madrid no creo que entren en Metro, porque, que yo sepa, no llega tan lejos. En todo caso lo hacen en tren y una vez en Madrid necesitan el metro para desplazarse. Pero vamos, lo mismo: podéis llevar vuestras bicicletas y arreglar gran parte del problema.
Continuo manteniendo que ojalá tuviésemos más huelgas como las que han puesto en marcha los de Metro de Madrid.
#2 si, esto de quemar autobuses a mi no me queda muy claro.
alguien puede arrojar algo de luz sobre este asunto? me refiero a por qué queman autobuses, si significa algo.
#2, cuando se empezó a ver el vandalismo contra las bicis de alquiler en Sevilla, se pensó mucho en los canis. Al final se descubrió que había más de un taxista resentido entre los vándalos.
Y si... los encapuchados... ¿fueran directivos de la fábrica de autobuses? ¡Eso lo cambiaría todo!
#22 (y #23) Otegi precisamente se ha jugado toda su carrera política al proceso de paz. Por eso salía desesperado incluso después del atentado en la T-4 intentando hacer de que no pasaba nada, de que se podía seguir adelante; una situación esperpéntica que deja claro cuál era el papel que pretendía tener. Ha intentado ser una especie de Gerry Adams vasco, con el problema de que no le ha salido. Ahora políticamente Otegi es casi un cadáver, aunque siga saliendo en la tv.
Lo importante en lo que tiene que gestionar Otegi en una cosa como esta no es sólo el partido. Podría haber hecho una al estilo de Aralar: condenar la violencia, quedarse con los que estén de acuerdo, etcétera. ¿Y qué habría solucionado eso? Nada en absoluto. ETA y los disidentes de tal posición en Batasuna habrían seguido por su lado. La jugada de Otegi para ser efectiva tendría que arrastrar al partido y a las bases, así como a ETA o a una importante parte de ella. Por eso también era una jugada muy difícil, y también por eso falló cuando la línea dura de ETA tomó el mando en la organización y se cargó el proceso de paz.
No te digo que me caiga particularmente bien o que me posicione con Otegi, para nada -pista: no me gustan las patrias, ninguna de ellas-. Pero vomitar propaganda como haces hablando de "condenar atentados" y sin entender el juego que hay detrás de todo esto, es una simpleza a la hora de analizar políticamente esta cuestión. No estás analizando, sólo repites propaganda, la que insistentemente despliega la maquinaria del estado español al respecto. Y así no se logra nada. Lo que haces es precisamente lo opuesto a ese "razonar" que defiendes en tu escrito, al enervarte ante cualquier postura ajena a la oficial.
De hecho lo único que consigue tu "no-razonar" es que ni siquiera te plantees lo antidemocrático que resulta la prohibición de partidos políticos mediante leyes ad-hoc tan cutres como la nueva Ley de Partidos y su doctrina de la "infección", para la que el Tribunal Constitucional tuvo que parar los pies ante la locura que pretendía anular esta primavera una lista como Iniciativa Internacionalista.