La verdad es que me hode un poco escribir un comentario para decir lo que voy a decir, pero es la verdad (mi verdad) y si no la digo reviento.
Las personas que por una u otra razón tienen "permitida" la entrada en las prisiones, sin ser trabajadores de la Institución Penitenciaria (gente de Cruz Roja, Pastoral Penitenciaria, otras asociaciones y colaboradores a nivel individual), saben que casos como estos que relata este magnífica crónica, hay a miles¡! Si; miles.
El Sistema Penitenciario español funciona así: lo que dice en la sentencia (donde pone: hechos probados) es siempre la verdad y las juntas de tratamiento ponen como primera condición para cualquier cosa, que el preso reconozca que esa es la verdad y que se arrepiente de que sea verdad.
La realidad es bien otra, como se ha demostrado tantas veces aunque los casos que llegan a los medios de comunicación son los más sangrantes: dos marroquíes condenados por violación pasan años bregando con diferentes juntas de tratamiento... uno muere en prisión, el otro pasa 15 años encarcelado hasta que aparece el verdadero culpable¡! fueron condenados por el testimonio de la víctima que los reconoció y las pruebas de ADN que les exculpaban no fueron tenidas en cuenta "hasta que apareció el culpable y se vio que el perfil genético coincidía con el suyo".
Y bien... que hicieron las juntas de tratamiento de las cárceles españolas por las que pasaron estos dos (por poner un ejemplo muy conocido)??
Yo lo diré... una junta de tratamiento lee los informes de la anterior junta de tratamiento de otra prisión "empezando por el final", leen los años de condena y automáticamente la ponen en el cajón de "este año no toca y el que viene tampoco"...
Cómo es posible que ni un jurista, ni un psicólogo/ga, trabajador/ra social, educador/ra, hayan sido capaces de observar nada en el que sobrevivió, que les indicase que cuando negaba los "hechos probados" estaba diciendo la verdad??… » ver todo el comentario